Cuarenta fragmentos de partes vocales e instrumentales incluye "The Greatest Opera Show on Earth", un título que si bien puede no gustar a los puristas ejemplifica bien lo que es el álbum: una colección de voces espectaculares en sus mejores momentos, acompañadas de las mejores orquestas del mundo y por algunos de sus más grandes directores. Vale decir, un muy buen show.
Al recientemente fallecido Sir Georg Solti le corresponde dar la partida a los dos discos que integran el álbum. En el primer caso, con el preludio de "Carmen", y en el segundo, con "La cabalgata de las walkyrias", acompañado por la Orquesta Filarmónica de Londres y la Filarmónica de Viena respectivamente, lo que da indicios de lo que viene luego.
Escribir todo lo que se puede aquí escuchar es tema difícil, pero vamos a dar un vistazo. Está Pavarotti y Sutherland en "Traviata", pero también Dame Joan se luce en el "Dúo de la las flores" de "Lakmé", con Jean Berbié como Mallika. Jussi Bjrling da un alección de canto en "Amor ti vieta" de "Fedora", bajo la dirección de Alberto erede, y además, su presencia en medio de los más actuales Roberto Alagna y los mismos Pavarotti y Domingo deja la triste sensación de que algo se perdió en el tema de las voces con el correr del siglo.
Renata Tebaldi suena a Floria Tosca cuando canta Lauretta de "Gianni Schicchi", pero qué belleza de voz y de línea de canto. Si bien Leo Nucci no llama especialmente la atención con su "Largo al factotum" rossiniano, no se puede negar que está bien interpretado, mientras que la promocionada Angela Gheorghiu da una atractiva cuota de exagerado lirismo a "Ebben'n andro lontana" de "La Wally", un aria a la que pocas se han resistido.
Domingo en "Carmen" y "Tosca", Mirella Freni en "Butterfly" y Pavarotti en "Rigoletto" son cartas que no necesitan ajuste en una baraja de increíbles posibilidades, donde brillan el fiato interminable y los filados que Montserrat Caballé imagina para "Signore ascolta" de Liú.
José Carreras tuvo una de las voces de tenor más hermosas y aquí la luce al cantar el "Donna non vidi mai" de "Manon Lescaut". Lucía Popp baja del cielo para "La ci darem la mano", con Tom Kraus como Don Giovanni, y el mismo viaje hace Tatiana Troyanos para la "Habanera"; Andrea Bocelli no tiene nada que hacer en este disco; Cecilia Bartoli se presenta con Cherubino; Roberto Alagna encanta con Nemorino; Bryn Terfel demuestra por qué es uno de los mejores Don Giovanni de hoy, acompañado por Solti; no mueven un pelo ni Te Kanawa en "Tosca" ni Van Dam como el toreador. La neozelandesa, sin embargo, hace un "Dove sono" mozartiano que no se puede olvidar, y Renée Fleming, la soprano americana que obtuviera el segundo lugar en uno de los concursos de canto de Viña del Mar, convertida en la estrella de estos días, ofrece uno de los números claves de este álbum: "O silver moon", de la "Rusalka" de Dvorak, otra vez acompañada por Solti. En suma, una fiesta de disco, si bien también es un disco sin unidad.
Gianni Schicchi