De sus quince óperas, Rimsky-Korsakov dedicó cinco a leyendas de la vieja Rusia, que a veces tocan los choques religiosos en las fronteras asiáticas. En este punto chocaron también el compositor y el libretista Vladimir Belsky, ya que el tema podía carecer del necesario atractivo dramático. Finalmente se fusionaron ambos aspectos. Al seguir el enmarañado argumento y los distintos escenarios que propone el libreto, es posible imaginar los problemas que debe enfrentar el director escénico. Rimsky, en tanto, muestra conocimiento de la música rusa, tanto popular como religiosa, y la reviste con su reconocido talento de orquestador. La pareja protagónica está a cargo de la sobresaliente soprano Galina Gorchakova y el tenor Yuri Marusin, pero hay otros doce personajes junto al Coro y Orquesta del Teatro Kirov de San Petersburgo, todos bajo la dirección de Valery Georgiev. El conjunto ofrece intenso lirismo "a la rusa", con melodías y ritmos tradicionales y el brillante sonido de la orquestación. La grabación es "en vivo" (1994) y recoge las entusiastas reacciones del público.
J. Daquin