Nadie la había tratado así.
La era del reality-show puede provocar una sobre-reacción contra la idea de grabar canciones ajenas. El nuevo disco de Cecilia Echenique es un buen argumento para no ponerse fundamentalista al respecto. No importa de dónde salgan las canciones si están bien tocadas y cantadas. "Brasil amado" es una colección amplia de traducciones de música popular brasileña. Caben desde una balada como "La distancia" (1972) - y la mejor balada de Roberto Carlos siempre será difícil de superar- hasta novedades como el reggae "Mama África" (1995), de Chico César. Lo mejor está en medio, con muchos clásicos de Antonio Carlos Jobim o Caetano Veloso y canciones universales como "Construcción", de Chico Buarque, y "Aguas de Marco", de Jobim. Todo orquestado con fino gusto por el productor del disco, Pedro Aznar, y por el guitarrista chileno Jorge Díaz, que tratan a Cecilia Echenique como nunca nadie lo hizo. "Brasil amado" y su antecesor, "Secreta intimidad" (2001) son discos hermanos: elaborados y maduros. Lo mejor que ella ha hecho.
David Ponce.