Long gone before daylight
Lo demostró ABBA mejor que Europe o Roxette: los suecos también se enamoran. Y vaya que suena arrebatada Nina Persson en el nuevo disco de la banda que la acompaña hace seis álbumes. Si The Cardigans encontró la fama en 1995 de la mano de un pop retro y juguetón ("Lovefool"), es amor puro y duro lo que barniza Long gone before daylight, un álbum en el que la cantante se hace cargo de todas las letras y que podría considerarse el más homogéneo de los publicados hasta ahora por la banda escandinava de pop.
No hay cómo bailar con este álbum. Bailar sin tocarse, se entiende. Lo más parecido a un tema agitado es "For what it´s worth", ya difundido en radios. El otro single, "You´re the storm" se eleva a algo parecido a un himno de estadio, a partir del relato de una chica anhelante por algo que la sacuda ("eres la tormenta que he estado necesitando / toda esta paz me ha decepcionado / me gusta la vida dulce y el silencio / pero es la tormenta en lo que creo"). Habiendo tanta joven que le canta al amor con lugares comunes agotados, es sorprendente que alguien sin mayores pretensiones poéticas logre versos tan efectivos como los de este disco. En idioma de pop -y no de balada- Cardigans ha creado un álbum sencillo y conmovedor, juvenil y ciertamente no clásico, pero cuya calma puede resultarle una buena alternativa a quienes confíen en que el amor puede sentirse más cálido y tierno que en una canción de Avril Lavigne (Universal, 2003).
Marisol García C.
