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Christell

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Christell

El fenómeno de los niños cantores debe ser tan antiguo como el teatro, aunque no se conocen registros en plan comercial previos a Shirley Temple. Judy Garland tenía ya una considerable discografía cuando actuó en El mago de Oz, a los 17 años, y Michael Jackson debe haber perdido para siempre la cordura cuando tuvo cuatro número 1 con su voz ("I want you back", "ABC", "The love you save" y "I'll be there") sin dejar aún la categoría de “infante”: tenía 12 años y era un suceso junto a los Jackson 5. Anita, la huerfanita, fue Annie en la obra homónima de Broadway. Decenas de actrices afinadas pasaron por la peluca rojo y el vestido ídem confiando en poder abandonar cuanto antes el colegio y vivir para y por los aplausos en vivo. El francés Jordi se hizo famoso a los ¡cuatro! años, cantando una canción de mensaje inquietante: “Es duro ser bebé”. Ser bebé de esa manera, claro que debe ser duro.

Christell, en cambio, sólo ha pisado el piso plástico del estudio de Rojo, Fama contra fama, en TVN. En menos de un semestre, la niña que llegó al programa como imitadora de María José Quintanilla –una veterana, en comparación- tiene disco, portadas de LUN y un mensaje que darle al mundo: aprovechen los talentos que el buen Dios les regaló. La chica es tan evangélica como sus padres, hoy ciudadanos de Concepción. Debemos, por lo tanto, entenderla como a quien sigue una suerte de misión divina, multiplicando como panes y peces sus numerosos dotes de alimento televisivo. Christell Rodríguez puede ser tan severa como Paulina Nin, opinante como Jordi Castell, carismática como Quenita y dotada como Massú. En su cuerpo pequeño se funden simultáneamente todas aquellas virtudes que los productores llaman “ángel”. Pero, porque es una niña pre-escolar, guarda el privilegio enorme que casi nadie más a su alrededor: no tiene que tomarse todo esto demasiado en serio. Christell tiene su vida por delante y la música como una aliada temporal. Ya se quisiera Alberto Plaza estos niveles de venta con tiempo para la siesta, el luche y la lectura nocturna en cama.

Su primer disco contiene un sonido del cual debiese prevenirse al consumidor con un autoadhesivo que dijera algo así como “Música en extremo estridente. Escuchar bajo propia responsabilidad”. A los niños les encantará y, es probable, que algunos padres también se entusiasmen con estos diez títulos breves y agitados, llenos de secuencias electrónicas y baterías programadas, grabadas al límite de sus posibilidades. Es imposible concentrarse en nada más que en Christell y sus amigos mientras este disco suena cerca. Y si ponerlo para animar una fiesta infantil al aire libre parece una opción comprensible, tenerlo en los parlantes mientras se conduce a la costa debe ser una tortura. En televisión y en disco, a Christell es mejor consumirla en dosis.

Los telespectadores de Rojo ya deben conocer bastante bien el repertorio, compuesto por una mezcla de canciones infantiles tradicionales resumidas en dos medleys (“Alicia va en el coche”, “Arroz con leche”, “Yo tenía diez perritos”, etcétera) y títulos, en su mayoría, de Yerko Triviño, quien también se hace cargo de algunos arreglos. El hit “Mueve el ombligo” es una versión de un éxito antes difundido en España. Si usted aún no lo conoce, es porque no ha salido de su casa hace un mes.

Se supone que Christell tiene un gran don, que su voz es excepcional y que seguirá con soltura en la senda de gente como María José Quintanilla. Pero el disco no permite apreciarlo del todo, pues los productores prefieren que la chica rapee (y su voz nasal e infantil dificulta enormemente entender qué diablos es lo que dice), reservando su afinación para estribillos breves y en los que los sonidos programados están a tal volumen que, muchas veces, esconden su voz. Para Christell y sus amigos todo esto debe haber sido agotador. Entretenido y novedoso, claro, pero extenuante. Es la misma sensación con la que se queda el auditor tras conocer música que es, de alguna extraña manera, experimental y prodigiosa.

Marisol García C.

Christell, “Christell” (2003, Warner)


1.Mueve el ombligo, 2.Mi mamá me mima, 3.Mis amigos Barney, Bob Esponja y La Sirenita, 4.Como quieres que te quiera, 5.Borriquito como tú, 6.Mi jardín infantil, 7.Corazón chiquitito, 8.Jerigonza, 9.Mini Zoo, 10.Dubidubidu.

Duración: 33:21

Voces invitadas: Monserrat, María Jimena Pereyra, Daniela Castillo, Mario Guerrero, Rafael Araneda.

Producción: Jaime Román
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