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Bicentenario de la Música Sinfónica Chilena Vol. 1

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Bicentenario de la Música Sinfónica Chilena Vol. 1

La Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile presenta el primer volumen de la colección “Bicentenario de la Música Sinfónica Chilena”, destinada a erigirse en la primera antología de la creación de los compositores nacionales. La iniciativa viene a llenar un gran vacío sobre todo en el campo educacional. Nombres como los de Enrique Soro (1884 – 1954), Domingo Santa Cruz (1899 – 1987) y Alfonso Leng (1884 – 1974) –los protagonistas de este primer CD- contarán con un testimonio, siempre a mano, de su legado.

No podía ser otra que la agrupación orquestal más antigua del país la encargada de esta misión, pues no se recurrirá a tomas de archivo, sino íntegramente a nuevas grabaciones. Lo primero que sorprende es la gran calidad sonora de este primer volumen. El oyente respira con alivio al comprobar que los profesores de la Orquesta Sinfónica de Chile y su director titular David del Pino contarán con un medio más adecuado para brindar su labor artística que la difícil acústica del ex cine en el que desarrollan sus temporadas. Al ambiente que entrega la Sala de las Artes del Centro Cultural Estación Mapocho, lugar donde se efectuaron los registros en 2002 y 2003, sólo le hace falta un poco más de anchura, para separar mejor la emisión de las distintas familias de atriles y evitar así una ligera tendencia a la concentración central del sonido.

Aparte de esta pequeña salvedad, que sólo nos hace seguir soñando con una sala de conciertos adecuada para la música sinfónica en Santiago, hay que remarcar que se trata de una grabación de alto estándar técnico. Esto permite disfrutar de un disco que va mucho más allá de su inestimable valor documental. Los Tres aires chilenos, de Enrique Soro (compuestos en 1942), pueden llegar a sonar banales si no tienen la suerte de encontrarse con interpretaciones como ésta. Del Pino se enfrenta a la obra del compositor nacido en Concepción con una atención y fe encomiables. Y los músicos de la Sinfónica están ahí para responder en ese mismo talante, haciendo que fluyan todos esos pequeños detalles que justifican con creces la permanencia de esta partitura en el repertorio nacional. Tampoco se cae en el riesgo de la demagogia y el material temático, inspirado en la tonada y en la cueca, no se pierde en un marco de efectos exagerados.

Tras ese comienzo ligero, llegará el turno de las composiciones de mayor enjundia en este compacto. Inmediatamente después aparecen los Preludios dramáticos op. 23 (1946), de Domingo Santa Cruz. Son tres facetas del dolor de la pérdida, magníficamente delineadas por el desempeño del director peruano y la gran respuesta de la orquesta. Un especial lucimiento cobra el cometido de los instrumentistas de viento, tanto maderas como metales. Otro aspecto que resalta en estos hermosos preludios son los logrados instantes de interacción camerística entre las distintas familias de instrumentos, provocando respiros de íntimo recogimiento.

Finalmente, la versión del poema sinfónico La muerte de Alsino (1920), de Alfonso Leng, mantiene el nivel de excelencia de la interpretación anterior. A lo largo de sus secciones la orquesta experimenta auténticas transmutaciones, acertando plenamente en su propósito de comentar sinfónicamente la trágica muerte del niño alado de la novela de Pedro Prado. Hasta el más inconformista de los amantes de la vanguardia tendrá que reconocer el esplendor post romántico de esta música, dignamente acorde con su año de creación.

En suma, interpretaciones magníficas de obras, como las de Santa Cruz y Leng, estupendas, a pesar de los fantasmas europeos que puedan rondar sus inspiraciones. He aquí un disco para disfrutar con cada nueva audición. Un excelente comienzo para una iniciativa a la que sólo cabe aplaudir a rabiar. Qué vengan pronto los próximos volúmenes.

Pablo Arce C.

Orquesta Sinfónica de Chile, David del Pino. “Bicentenario de la Música Sinfónica Chilena Vol. 1”, (2003, SVR)

1. Enrique Soro. Tres aires chilenos. Nº 1 Allegro ma non troppo. 2. Enrique Soro. Tres aires chilenos. Nº 2 Moderato-allegro. 3. Enrique Soro. Tres aires chilenos. Nº 3 Allegro moderato. 4. Domingo Santa Cruz. Preludios dramáticos op. 23. Nº 1 “Presentimientos”. 5. Domingo Santa Cruz. Preludios dramáticos op. 23. Nº 2 “Desolación”. 6. Domingo Santa Cruz. Preludios dramáticos op. 23. Nº 3 “Preludio trágico”. 7. Alfonso Leng. “La muerte de Alsino”.

Duración: 51’07’’

Grabado en Sala de las Artes del Centro Cultural Estación Mapocho en mayo y junio de 2002 y abril y mayo de 2003.

Ingeniero de sonido: Félix Rodríguez

Producción: Academia Chilena de Bellas Artes del Instituto de Chile

Producción Ejecutiva: Mª Angélica Bustamante y Santiago Vera.

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