Algo tiene la música romántica que tarde o temprano casi todos los compositores populares acuden a ella en busca de nuevas ideas. Paradójico, ¿no? El género más abusado por la industria y sus secuaces menos imaginativos les ha resultado ineludible a genios de verdad creativos, como John Lennon, Bob Dylan o Víctor Jara, que en algún momento aceptan que la imagen simple de dos personas que se miran extasiados los identifica mejor que cualquier gran causa político-humanista. Como la vida en pareja, la canción de amor es un misterio, que no por extendido deja de merecer revisarse. Y los grandes nombres latinos que a lo largo de los tiempos la han engalanado (Camilo Sesto, Serge Gainsbourg, Sandro) son hoy, más que nunca antes en su discografía, una fuente-madre de referencia para Babasónicos, una banda de espíritu y actitud rockera, pero carne muy débil frente a las tentaciones de los afectos bien expresados.
No es que
Infame sea un disco puramente romántico. Entre estos catorce títulos hay canciones sobre temas tan inesperados como la estrella de una pista de baile ("Pistero", un parcial saludo a "Panic" de los Smiths con su "
cuelguen al DJ / ¡quemen la radio!"), las lecciones existenciales de "Gratis" o lo que parece la fábula de un vagabundo rockero ("Once"). Pero son excepciones dentro de un todo casi meloso. Las letras del cantante Adrián Rodríguez (o Dárgelos) son impúdicas: "
si te encuentro a solas vuelvo a creer en Dios" ("Mareo"); "
acurruquémonos, mi amor / todo estalla en derredor / la miseria y su estertor nos mata" ("Estertor"); "
para enamorarme / no necesito tu consentimiento / dame un solo beso / que dure más que una mentira" ("Curtis"). Hay una preocupación por el verso que no puede provenir sino del mundo del bolero, y el argentino logra pequeñas cumbres en este disco, dignas de una atención detenida. Una canción como "Irresponsable" merece bailarse en las fiestas de matrimonio, a la hora del bajativo ("
Si fuimos carne de la intriga casquivana / que la imprudencia del rumor hoy desató / y descubiertos por la luz de la mañana / nos castigaron la desidia y el dolor").
Lo extraño es escuchar confesiones así arregladas según una lógica sonora totalmente iconoclasta: un rock que fusiona sicodelia, punk e incluso algunos clichés de la música de guitarras más excesiva (hay un título que es un pequeño chiste al respecto: "Fan de Scorpions"). Se ha dicho ya mil veces que Babasónicos es un grupo de esencia posmoderna, capaz de citar incluso la más baja cultura en breves composiciones que son muy representativas de la mezcolanza de referentes que distingue a Latinoamérica (el productor de este álbum es el mismo de Café Tacuba). Lo que se ha hecho notar menos, empero, es que tras más de una década de trayectoria el grupo ya posee la marca de los artistas profundos, principalmente su capacidad de presentar toda esta mezcla sin ironías y con la limpieza justa para interesar a una audiencia amplia, ojalá lo más alejada del "deber ser" de moda. Partiendo del rock, Babasónicos es también una banda que desconfía vistosamente del patrón rockero, y que se ha preocupado por construir un álbum hermoso. Basta con eso.
Marisol García C.
Babasónicos, "Infame" (2003, PopArt / La Oreja)
1.Irresponsables, 2.Risa, 3.Pistero, 4.Estertor, 5.Putita, 6.Suturno, 7.Mareo, 8.Sin mi diablo, 9.Curtis, 10.Y qué, 11.La puntita, 12.Fan de Scorpions, 13.Gratis, 14.Once.
Duración: 43:39
Integrantes: Adrián Dárgelos (voz), Uma T (teclados), Gabo (bajo), Diego Uma (percusión, guitarras, coros), Mariano Roger Sónico (Guitarra) y Diego Castellano (batería).
Producción: Andrew Weiss y Babasónicos. |
