Hace ya más de un lustro que Ernesto Holman salió de circulación. En parte hastiado del medio musical, en parte inmerso en la vida retirada con sus siete hijos y su pertenencia a la comunidad mapuche llamada Kallfulikan, nombre que inspiró una pieza de su autoría llamada "A Kallfulikan". Esta fue incluida en un trabajo de laboratorio que desarrolló durante 2003 y que pronto adoptó el nombre de
Ñamco, su debut solista. Con él, Holman está nominado a los premios Altazor, en la categoría música alternativa y jazz.
El mítico bajista de Congreso, el que reemplazó al miembro fundador Fernando Hurtado y el que le dio una vuelta de tuerca al sonido de la banda desde la publicación de
Viaje por la cresta del mundo (1981), aparece desde la precordillera con un trabajo musical de mixtura total. En la cubierta del álbum ya se anuncia el contenido: "Ñamco, fusión de inspiración mapuche". Dicho y hecho. Las series desplegadas a través de los diez temas originales mantienen intacto un fondo sonoro que nos traslada de un viaje al sur de la frontera, a la otra trinchera. Todo, matizado lógicamente con la acción de las cuerdas amplificadas -en ocasiones cuatro, en ocasiones seis- de su instrumento predilecto: el bajo eléctrico.
Ñamco es el resultado de un trabajo solitario. Sólo aparecen amigos como el percusionista Marcelo Peña, a quien Holman introdujo en el
metawe, un jarrón de greda con gran volumen de resonancia y cuyo sonido, percutido de manera correcta, se asemeja al
tabla de la música clásica de la India. "Dúo de metawe" es algo parecido a una hecatombe de percusiones metawe. Holman luego se desdobla al bajo para dar el tono preciso adjunto a esta propuesta instrumental. El invitado ’estrella’ del álbum es Sergio Tilo González, hombre fuerte de Congreso, con quien Holman trabajó largamente incluso antes de integrarse al ensamble, cuando ambos eran compinches y estudiantes en Valparaíso (y luego formaron un legendario
power trío con Alejandro Guarello, hoy uno de los compositores doctos contemporáneos más importantes del género). Tilo González regresa a la batería, pero no para poner su sello distintivo en la revisión de la canción "Hijo del diluvio" (del Congreso versión 1981), sino dentro de los desarrollos de "A Kallfulikán" y "Choike y cueca", piezas rítmicamente precisas para su modus operandi.
Seguramente, después de la entrega de los premios Altazor, Holman regresará a la soledad de su casa en la montaña y seguirá viviendo regido por el "ñamco" ("águila" en mapudungun), su animal totémico y máximo referente de sabiduría y alto vuelo.
Íñigo Díaz
Ernesto Holman, "Ñamco" (2003, Fondart)
1. Choike y cueca, 2. Roman mapu, 3. A Kallfulikan, 4. Purrún eléctrico, 5. Hijo del diluvio / mapuche ül, 6. Metawe, 7. Magín ca copihue, 8. Acahwal ül. 9. W R trekan, 10. Dúo de metawe.
Duración: 59:06
Personal: Ernesto Holman (bajo eléctrico, metawe, teclados, percusión, voz)
Músicos invitados: Marcelo Peña (metawe), Sergio Tilo González (batería).
Producción: Eduardo Vergara y Ernesto Holman. |
