The soul sessions
Es antipático mezclar datos biográficos en el análisis de un disco, pero el sorprendente debut de la inglesa Joss Stone se hace aún más atractivo viniendo de quién viene. Esta escolar de Dover debiese estar preocupada de imitar a Christina Aguilera o teñirse el pelo de fucsia. Tiene 16 años. Aquí en Chile no podría ni conducir un auto. ¿De dónde le salió este gusto por el más subterráneo soul estadounidense? ¿Y puede una mujer blanca cantar así sin ningún tipo de instrucción?
La voz de Stone es enorme: dúctil, madura; a veces oscura y otras, tierna. Se ajusta maravillosamente a largas baladas, como “For the love of yo” (popularizada por los Isley Brothers hace treinta años), pero también anima el baile en títulos como “Super duper love (Are you diggin´ on me?)”. En “Dirty man” (de Bobby Miller) increpa a un machista a quien amenaza con “
limpiar y barrer a la calle... porque soy una estupenda dueña de casa”, una situación que una estudiante de Enseñanza Media por cierto desconoce, pero que Stone transmite con total credibilidad. Suena retro pero viva en este álbum sostenido sobre diez títulos antiguos, ninguno de ellos demasiado popular (a excepción de “All the king´s horses” de Aretha Franklin). La secunda Betty Wright como parcial productora y corista, una cantante de Miami que logró cierta fama en los años setenta y que siempre prefirió la intimidad del club nocturno por sobre el brillo de los estadios. Es ese tono de soul opaco el que domina este álbum, ajeno a las gimnasias vocales de las nuevas intérpretes blancas de R&B y producido de un modo mucho más austero y crudo que los más recientes discos de, por ejemplo, Alicia Keys. Un disco que es atrevido tanto en su mirada al pasado, como en su lectura del presente. Con producción de un integrante de The Roots, el cover para “Fell in love with a boy” de los White Stripes es una interpretación muy inteligente para una canción cruda y punk en el original, y que aquí se suaviza por un funk sutil y un estribillo femenino. No haga caso de quien le diga que el mejor disco de una joven cantante es el de Norah Jones o Alicia Keys. Entre nos: se aburrirá. Si hay que pensar en futuro, es Joss Stone la que está para ligas mayores.
Marisol García C.
Joss Stone, “The soul sessions” (2003, S-Curve)
1.The chokin´ kind, 2.Super duper love (Are you diggin´ on me?), 3.Fell in love with a boy, 4.Victim of a foolish heart, 5.Dirty man, 6.Some kind of wonderful, 7.I´ve fallen in love with you, 8.I had a dream, 9.All the king´s horses, 10.For the love of yo’ Parts 1-2.
Músicos invitados: Betty Wright (coros), Angie Stone (coros), Timmy Thomas (órgano), Willie “Little beaver” Hale (guitarra).
Producción: Steven Greenberg, Betty Wright, Mike Mangini, Ahmir Thompson.
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