Winning days
La foto en el mundo es más o menos ésta: The Vines, la banda australiana de Craigh Nicholls, pasó de ser la máxima expresión del nuevo retro-rock a un café aguado, con su segundo álbum. Raro, porque los ingredientes son más o menos los mismos. O sea, la misma banda (con otro baterista), el mismo productor Rob Schnapf y el mismo principio: canciones ruidosas que lo mismo son clasificables como posgrunge o retro-rock, dependiendo del bagaje musical.
Como antes, The Vines no viene a ofrecer la novedad del año. La actitud del líder ya ha sido comparada por la revista inglesa
NME con la de Sid Vicious y John Lennon. ¿Y entonces, qué pasó?
Winning days ya no es rabioso. No sorprende, y parece que Nicholls y los suyos entraron al camino de la fórmula. Pero esta fórmula no es tan mala. Es un rock bastante clásico, a veces definitivamente punketa, como en "Fuck the world"; y otras, melódico, como en "Rainfall". O melódicamente etéreo, como en "Amnesia"; o de frentón retro, como en "She’s got something to say to me". Digan lo que digan, vale la pena echar una oída y decidir por uno si se le debe dar la oportunidad al cuarteto australiano de seguir en la marquesina junto con The Strokes, White Stripes o The Hives.
Gabriela Bade
The Vines, “Winning days” (2004, Capitol/EMI)
1.Ride, 2.Animal machine, 3.TV pro, 4.Autumn shade II, 5.Evil town, 6.Winning days, 7.She´s got something to say to me, 8.Rainfall, 9.Amnesia, 10.Sun child, 11.F.T.W.
Integrantes: Craig Nicholls (voz y guitarra), Patrick Matthews (bajo y piano), Hamish Rosser (batería), Ryan Griffiths (guitarra).
Producción: Rob Schnapf. |