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Mad love

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Mad love

Robi Draco no es Robi Rosa. O sea, sí, pero no siempre. Ambos nombres identifican a un mismo sujeto que así ha marcado, alternadamente, los sucesivos contrastes que han hecho avanzar su carrera. Robi Rosa es el ex Menudo, el chico guapo y con un oneroso gasto en gel capilar, que brilló lo suficiente en Puerto Rico como para conquistar la amistad eterna de Ricky Martin. Rosa es el millonario sub-30, que tiene asegurada la vida y la de sus hijos gracias a las regalías de sólo tres composiciones: “María”, “La copa de la vida” y “Living la vida loca”.

En cambio Robi Draco es el rebelde que renunció a Menudo en medio de un tour, el nativo de Nueva York que durante su adolescencia se interesó por el metal. Quien, como tantos, cayó en la heroína, y que en 1994 se lanzó en una carrera solista que ha incluido la asesoría de un ex Roxy Music (Phil Manzanera), citas a Baudelaire y un desempeño comercial más bien discreto. Bowie tiene a Ziggy Stardust y Rosa, a Draco, el alter-ego con el suficiente atrevimiento para prohibir que Ricky Martin cantara “La copa de la vida” en un acto de homenaje a George W. Bush: “Sería como tocar el arpa mientras se quema Roma. Él traiciona todo aquello que los portorriqueños debiésemos defender”, dijo sobre el emperador republicano.

Mad love se presenta con la combinación de ambos nombres, pero si tiene que optar entre lo masivo y lo oscuro, elige que sea esto último lo que domine. Un pop de texturas diversas, sin apuro, sostiene composiciones que recuerdan el planteamiento introspectivo de Radiohead post-The bends o del Sting solista. Nada en este álbum da una pista sobre Puerto Rico, pese a las percusiones y los coros como africanos (algunos de ellos grabados en Brasil). El álbum avanza según un barniz parejo, con dos sorpresas en los temas “Heaven can wait” (ultra rockera y con cintas al revés, como Led Zeppelin) y en “Try me”, una arriesgada canción como grunge. Pero lo que domina el álbum es un pop de espacios calmos, elevado a veces a alturas sorprendentes (como en la final y épica “Mad love”), gracias al trabajo del impresionante Van Dyke Parks, el hombre detrás de algunos de los mejores temas de los Beach Boys. Se agregan, al final, dos temas traducidos al español, que sonarían estupendamente en el dial FM chileno. Pero Robi Draco no está para pedir favores, y es probable que este disco mantenga un irremediable bajo perfil.

Marisol García C.

Robi Draco Rosa, “Mad love” (2004, Columbia/Sony)


1.Dancing in the rain, 2.Lie without a lover, 3.Crash push, 4.My eyes adore you, 5.Cómo me acuerdo, 6.Heaven can wait, 7.This time, 8.California, 9.Try me, 10.Solitary man, 11.Never know the truth, 12.Do you remember, 13.Mad love, 14.Más y más (Crash push), 15.Noche fría (Dancing in the rain).

Duración: 69:38

Músicos invitados: Van Dyke Parks (arreglos de cuerdas).

Producción: Robi Draco Rosa y George Noriega.
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