Electrocardiograma
Aunque se presenta como un disco solista, lleno de alusiones personales del tipo que suele identificarse como “intimistas”, el debutante cantante santiaguino Pali no aporta más que el canto a este disco de fuerte apoyo en la producción, y con canciones compuestas por la solicitada sociedad laboral Kanguro (Cristián Heyne y Daniel Guerrero).
En un álbum construido a su servicio, Pali se acomoda sólo parcialmente en canciones que llaman la atención precisamente por aquellos elementos sobre los que el joven no tiene real injerencia, como el inteligente trabajo de producción para un sonido electrónico de cierta dureza —aunque radiable, finalmente— y las ambientaciones diversas de sonidos que remiten a la noche y la pista de baile.
Trabajado con imaginación,
Electrocardiograma es un disco que se exige más de lo necesario, y que presenta piezas imaginativas pese a su simpleza. Lo curioso es cómo de la elegancia puede caer de pronto a la vulgaridad, y que sonidos llenos de sentido acojan, a veces, versos en extremo insulsos.
Entre los puntos altos, aquellas canciones de amor que uno puede asir sin demasiadas distracciones (“Quién es quién”, “Creo en ti”) y en las que el oído se entrega a una cadencia cálida. Entre los bajos, “Viña” y su sucesión de lo más nimio imaginable (“
Entro al casino, veo a la gente, juego, apuesto, me asusto, pierdo”), como si Pali fuese ya una estrella consagrada de la que el mundo quiere saberlo todo.
La distorsión de
Electrocardiograma es algo más que una opción técnica. Ni el propio cantante parece querer develar abiertamente las intenciones que tiene con su música, según un disco lleno de efectos, recursos y manierismos que sería muy interesante ver cómo se resuelve en un concierto en vivo.
Marisol García C.
Pali, “Electrocardiograma” (2004, BMG)
1.Me carga, 2.Lejos, 3.Viña, 4.Tu libertad, 5.Quién es quien, 6.Qué ves, 7.Creo en ti, 8.Claustrofobia, 9.Dónde, 10.Quién más que tú.
Duración: 40.50
Producción: Kanguro (Daniel Guerrero y Cristián Heyne). |
