Monteverdi: “L’ Incoronazione di Poppea”
R. Jacobs / D. Borst, G. Laurens, J. Larmore / Concerto Vocale.
Hoy en día son varias las versiones disponibles de “L’ Incoronazione di Poppea”, de Monteverdi. De Nikolaus Harnoncourt están la que dirigió en 1974 (con Cathy Berberian y Elisabeth Söderström) y la de 1981; Alan Curtis hizo otra en 1980; y los catálogos apuntan la dirigida por Richard Hickox y una con un elenco por decir lo menos muy especial: Grace Bumbry como Poppea y Di Stefano como Nerón, bajo la dirección de Bruno Maderna. Si es por rarezas, aquí van los datos de una que interesa especialmente a los chilenos: la soprano nacional Claudia Parada es Poppea y con ellla están Boris Christoff, Oralia Domínguez y Mirto Picchi, bajo la dirección de Carlo Franci, en el Maggio Musicale Fiorentino (sello Opera d’Oro).
Si usted no puede conseguir la grabación pirata del Festival de Aix-en-Provence con Anne Sophie von Otter como Nerón o la del argentino Gabriel Garrido (sello K617), una buena elección es la puesta en surcos por René Jacobs, quien la presentó en 1996 en Buenos Aires con gran éxito.
Jacobs es cantante, director y musicólogo, y se ha dedicado al estudio de obras renacentistas y barrocas; este registro suyo es una especie de preámbulo de la versión que ofreció en el Colón: en ella cuenta, como en Argentina, con el ensemble Concerto Vocale y la grabación (que data de 1990) se produjo a raíz del éxito de la puesta en escena de esta ópera en Montpellier, de donde provino el montaje trasandino.
“L’ Incoronazione di Poppea” —estreno en el otoño veneciano de 1642; libreto de Giovanni Francesco Busenello según el libro XIV de los Anales de Tácito; y redescubierta por Taddeo Wiel en 1888— es la ópera de Monteverdi que con mayor frecuencia se encuentra en los escenarios.
“El compositor moderno crea sobre los fundamentos de la verdad”, escribió Monteverdi en 1605, confirmando su idea de hacer prevalecer el mundo expresivo por sobre la estructura. Sin embargo, en su música, y en especial ocurre en esta obra, la técnica no está dejada al azar, a la par que cada página devela audacias armónicas y rítmicas.
“L’Incoronazione di Poppea” cuenta con dos fuentes, una de Nápoles y otra de Venecia, y ninguna satisfizo a René Jacobs, quien optó por una mezcla. El resultado es una unidad musical y dramática coherente y altamente expresiva. En las voces principales están Danielle Borst (Poppea), Guillemette Laurens (Nerón), Jennifer Larmore (Ottavia de gran nivel; atención con su “Addio, Roma”), Axel Kohler (Ottone). Michael Schopper (Séneca), Lena Lootens (Drusila), Dominique Visse (Nodriza), Christoph Homberger (Arnalta), Guy de Mey (Lucano) y Martina Bovet (Amor).
Jacobs entrega una “Poppea” de lujo y que, además de interesar como música, obliga a la reflexión y al estudio, tanto en lo que respecta a la obra total de Monteverdi como a las cosas logradas específicamente en esta última ópera de su producción y que hablan de modernidad y visión de futuro (Harmonia Mundi, 1990).
Juan Antonio Muñoz H.