Tyrannosaurus Hives
Guitarras encendidas como para incendiar un pueblo entero, ritmo aprendido de los Ramones, y un
look deudor de los uniformes de Devo o Kraftwerk son las marcas de estilo del mejor nuevo grupo de guitarras con nombre monosílabo. Vines o Jet son nombres olvidables, y que es mejor saltarse para llegar a la honesta fuerza de The Hives, quinteto sueco con un hit ya inscrito en la memoria masiva (“Hate to say I told you so”), y que en su tercer álbum mejora con imaginación el molde de rock comprimido e incansable que aún parecen dispuestos a animar. Sin miedo a parecer simplones, The Hives alimenta la esencia del rock de
garage: pegajoso, lleno de ganchos melódicos (“A little more for a little you” podrían ser los Carpenters bajo un muro de ruido) y bobo sólo en apariencia.
Bajo los aullidos del cantante Pelle Almqvist y los
riffs de una guitarra epiléptica, The Hives apuesta por un rock imaginativo y sugerente, que se escucha con demasiado interés como para bailarlo, y demasiada agitación para poder distraerse. Los White Stripes han apostado por un
garage más orientado al blues; los Strokes, por estar a la altura de la sofisticación que exige Manhattan. Directos y sin miedo al ridículo, los Hives parecen no los mejores, pero sí los más astutos de todos.
Marisol García C.
The Hives, “Tyrannosaurus Hives” (2004, Interscope)
1.Abra cadaver, 2.Two-timing touch and broken bones, 3.Walk idiot walk, 4.No pun intended, 5.A little more for little you, 6.B is for Brutus, 7.See through head, 8.Diabolic scheme, 9.Missing link, 10.Love in plaster, 11.Dead quote Olympics, 12.Antidote.
Duración: 32:32
Integrantes: Nicholaus Arson, Chris Dangerous, Dr. Matt Destruction, Vigilante Carlstroem y Pelle Almqvist.
Producción: The Hives y Pelle Gunnerfeldt. |