American idiot
“
No quiero ser un idiota americano / No quiero una nación bajo la nueva manía / ¿Escuchas el sonido de la histeria?”. Han pasado cuatro años sin editar un disco, y Green Day ha elegido versos inequívocos para comenzar de nuevo. Uno entiende rápido que su regreso no busca congraciarse con la mayoría ni ignorar el lamentable estado del país en el que viven. El trabajo que sucede a
Warning es, lejos, lo más provocativo de su catálogo; un álbum extenso, de letras bien reflexionadas (todas conectadas entre sí) y arreglos instrumentales de suma imaginación. Si a Green Day era fácil desestimarlos hace unos años como mocosos que intentaban vender como punk lo que no eran más que frívolas canciones pop,
American idiot obliga a tomárselos muy en serio. Rezamos porque la mayor cantidad de estadounidenses llegue a escuchar este disco antes de decidirse entre Bush y Kerry.
Éste es un álbum sorprendente en lo formal; con, por ejemplo, dos canciones de más de nueve minutos, divididas en cinco subtítulos cada una, y en las que Green Day ensaya sonidos y vocalizaciones nunca antes escuchados en su discografía. Un ritmo como de jazz se interna de repente en “Jesus of suburbia” (“
mantengo una dieta constante de soda pop y Ritalín”), mientras “Homecoming” alterna cuerdas eléctricas y acústicas a un ritmo delirante y con versos urgentes: “
¿A alguien le preocupa que nadie se preocupe?”. Hay críticos estadounidenses que ya han comparado esta ambición con la de los Who, en su etapa de álbumes conceptuales, y no es disparatado considerar
American idiot como un gran
opus de rock, del cual Green Day debe haber salido demasiado agotado como para repetirlo en el largo plazo. ¿Cómo van a mostrar esto en vivo? Estamos ante un álbum lleno de detalles, que transmite por momentos una tensión agotadora, y en el que la garganta del cantante Billy Joe se ve realmente exigida.
La batería marcial y los coros de “Are we the waiting” son algo así como un Queen político. “St. Jimmy” empieza con una guitarra aceleradísima, capaz de la misma tensión de algunos canciones del proyecto
The wall, de Pink Floyd. La percusión al principio de “Extraordinary girl” es como la de un tema de Santana. Y es evidente la inspiración en bandas de punk político, sobre todo The Clash. No es éste, sin embargo, un trabajo de rock clásico. El sonido es sucio, acelerado, caótico; con una mezcla que ha dejado lo eléctrico en un lugar protagónico. Un fan de, digamos, Led Zeppelin no tiene por dónde enganchar. Pero un auditor curioso del contexto en que se genera la música, debiese interesarse por un disco que ha captado muy bien aquello que los alemanes llaman el
Zeitgeist: el sentir de una época; que, precisamente ahora, no está para ingenuidades.
Marisol García C.
Green Day, “American idiot” (2004, Reprise/Warner)
1.American idiot, 2.Jesus of suburbia (I.Jesus of suburbia, II.City of the damned, III.I don´t care, IV.Dearly beloved, V.Tales of another broken home), 3.Holiday, 4.Boulevard of broken dreams, 5.Are we the waiting, 6.St. Jimmy, 7.Give me novacaine, 8.She´s a rebel, 9.Extraordinary girl, 10.Letterbomb, 11.Wake me up when september ends, 12.Homecoming (I.The death of St. Jimmy, II.East 12th St., III.Nobody likes you, IV.Rock and roll girlfriend, V.We´re coming home again), 13.Whatsername.
Duración: 57:16
Integrantes: Billie Joe Armstrong (voz y guitarra), Mike Dirnt (bajo), Tré Cool (batería).
Músicos invitados: Kathleen Hanna (voz).
Producción: Rob Cavallo y Green Day |