Santiago stories
El aporte a nuestra escena jazzística realizado por el tenorista mitad norteamericano, mitad mexicano —y a esta altura, también en parte chileno— resulta innegable. Hoy la historia del jazz chileno la escriben nuevos bopers. Y entre ellos está David Pérez. Demostrando que el saxofón tenor puede volver a ser el arma perfecta para el jazz.
Junto a Pérez están también otros tenoristas valiosísimos que se abren paso y dejan a Cristián Cuturrufo y a Sebastián Jordán prácticamente como los únicos trompetas solistas en esta generación. Son Claudio Rubio (el mejor jazzista de 2004), Agustín Moya, Ignacio González, Andrés Pérez, Cristián Mendoza, Melissa Aldana y Franz Mesko. Aún se espera el regreso de un poderoso Max Alarcón y de Jimmy Coll (tenor del primer quinteto de Cuturrufo, de 1995).
Tantos nombres y sólo Pérez puede hablar hoy con propiedad sobre el sueño del disco propio. Se habían anunciado con bombos y platillos una serie de álbumes para esta temporada, pero muchos quedaron entrampados en el calendario. Ahí está
Santiago stories, trabajo en cuyo despliegue nos confirma lo que Pérez había mostrado tímidamente desde 2002. Fue el año en que se animó a sacar definitivamente el saxo de la maleta y apareció en las bandas de Alejandro Espinosa (para un notable tributo a Elvin Jones), de Federico Dannemann (en la grabación de
Federico Dannemann Trío, 2003), de Cuturrufo (en el disco
Recién salido del horno, 2003) y sobre todo junto a Los Titulares de Pancho Molina. Ahí asumió el desafío sin precedentes de desarrollar la voz de John Coltrane para "A love supreme". Y lo hizo sin caer en lugares comunes ni en estupideces que lo hicieran parecer un payaso. Fue el paso previo y clave para el levantamiento de
Santiago stories, pues no sólo utilizó la misma estructura de banda que en aquel
Bipolar (saxofón, guitarra, contrabajo y batería) sino que además deja ver —a veces en un interlineado, a veces derechamente— la enorme influencia que Coltrane ha ejercido en él.
Santiago stories congrega a un cuarteto punta de lanza de la escena actual. Pérez recogió de aquí y de allá a músicos con vida propia y opinión personal y los transformó en uno de los conjuntos mejor afiatados del medio. Con ellos logró plasmar en surcos un cancionero cien por ciento genuino que hace crecer sorpresivamente el catálogo de jazz hecho en Chile: a diferencia de los jazzistas de 50 años y más, los nuevos bopers sólo van sobre los standards para soltar los dedos y pasarla bien. Lo de ellos, como lo de Pérez, es la propia creación.
Abrimos entonces el capítulo de
Santiago stories, un disco refinado hasta en su estética (diseñado por una mano como la de Ricardo Contesse, quien ya ha puesto sus trazos en favor de la nueva música popular nacional) y construido además por Hernán Rojas (uno de los históricos ingenieros de sonido chilenos). Posiblemente sea el último de los discos del jazz del año. Sin mezclas innecesarias ni fusiones que rozan en el aburrimiento. Post-bop a la vena. Como debe ser.
Íñigo Díaz
David Pérez Quartet, "Santiago stories" (2004, independiente)
1. The lonely dogs of Santiago, 2. Yes, no, maybe so, 3. Minor affairs, 4. The passage of time, 5. Crazy rhythm, 6. For this world, 7. Thanks to you, 8. The lonely dogs of Santiago, alternate take.
Personal: David Pérez (saxo tenor), Mauricio Rodríguez (guitarra), Nelson Arriagada (contrabajo), Carlos Cortés (batería).
Duración: 63:03
Producción: David Pérez y Hernán Rojas. |