Cataldo Amodei
Obras de C. Amodei y otros. E. Kirkby / J. Lindberg, L.U. Mortensen. BIS Records, 2004.
Cómo amaban estos hombres que tenían el Carpe Diem a la vuelta de la esquina. Cuando el Amante (Monteverdi) escribía música para los textos de Rinuccini, las notas iban moldeando la poesía hasta convertirse en verdaderas esculturas de Eros. Lo mismo ocurre con la Diosa Desconocida (Bárbara Strozzi) al comentar lo inconfesable en "L’amante segreto".
Vuelve Emma Kirkby a proponer un repertorio italiano en las sombras. Y se repiten su musicalidad extrema, su suave decir, esa "enfática sutileza", su manera de marcar la melodía incluso donde cuesta encontrarla. Ella y los músicos -Jakob Lindberg (tiorba y archilaúd) y Lars Ulrik Mortensen (clavecín)- forman un conjunto afiatado y expresivo que en este álbum aborda sólo piezas olvidadas, escogidas por su valor y no por la facilidad con que llegan al auditor, que tendrá que esforzarse en leer los textos para sentir la palabra amorosa.
Pertenecen a Cataldo Amodei (1649-1693), quien, como cantante que era, conocía la forma de llevar la voz sin hacer esfuerzos absurdos, apoyado en lo que importa: la musicalidad. Ordenado sacerdote (c. 1685), la mayor parte de su obra está dedicada a la Iglesia, pero también hay algunas piezas sobre textos profanos, que son las que aquí se presentan. Corresponden a su "Cantate a voce sola", trece partituras para soprano y bajo continuo sobre textos anónimos en los que domina la pintura erótica aunque los tres últimos números tienen inspiración piadosa, como "Lieve al pie, grave al passo", dedicado a la Virgen. En el sexo entre música y texto, empeño mayor, alguna vez los melismas interrumpen la línea vocal subrayando el significado de una palabra. G. Zamboni y B. Storace completan el repertorio; el primero con una sonata para archilaúd solista, y el segundo con una passacaglia para clavecín.
Juan Antonio Muñoz H.
