Huelga de hambre
Es la voz de Salvador Allende la que se escucha al principio de
Huelga de hambre, el disco que Legua York tenía en deuda luego de lograr un respetuoso reconocimiento con un compilado de antiguos trabajos (
Antología underground 1997-2003). Junto a la de Allende se escucha una sucesión de voces revolucionarias, que concluye con la de Tulio Triviño (¿o es Pedro Peirano?) y una pregunta acuciante: "Pero dinos, Principito, ¿qué pasó con los sueños?".
Se sucederán nuevas y diversas voces (es larga la lista de invitados) en los siguientes
tracks, completando un disco largo (acaso demasiado), que supera los setenta minutos. Pero para Legua York es importante ser consecuente con el espíritu inequívoco de este trabajo: un álbum que posiciona a la democracia auténtica como plataforma para reflexionar sobre lo mismo que quizás se reflexionó antes —son incontables las citas a íconos históricos de la izquierda chilena—, pero aterrizado en circunstancias actuales; tan actuales de hecho, como para atreverse con el siguiente verso: "
Myriam Hernández reniega sus raíces / y apoya a los que huelen a peligro". Es el Chile de desigualdades pero también de farándula aquel al que le canta ahora Legua York, y en ese equilibrio hay un innegable acierto: excluir cualquiera de los dos polos sería quedarse con una imagen parcial.
Musicalmente, Legua York ha intentado esta vez acercarse mejor a las raíces de la música negra, incorporando un DJ y privilegiando a veces un pulso de bajo más grave, como el que enseña el
dub. Pero no alcanza a ser una incursión realmente llamativa. Son ideas cautas que van repitiéndose sin grandes variaciones. Es claro que aquí Legua York ha dado prioridad a las letras, y es allí donde descansa su identidad como banda, como ciudadanos, como —quizás— revolucionarios. Incluso de reflexiones sutiles son capaces en una canción como "Con una pala", emotiva en cuanto la parte del saludo a Gervasio está cantada por su hijo, Nahuel. Pero es innegable que suceden demasiadas cosas en sus cabezas como para calmarse por tanto rato: "No querer luchar es no querer vivir", rapean en "Ser joven", y Legua York sigue vivo durante el resto del álbum.
El tiempo dirá si su rap de blancos bien reconocibles (el Vaticano, las Fuerzas Armadas, George W. Bush, la empresa Telefónica) se sostiene en esa carga crítica, o requiere —en algún momento— de sonidos e ideas musicales que puedan ser tanto o más vehementes que un verso punzante.
Marisol García C.
Legua York, "Huelga de hambre" (2004, Alerce)
1.El legado, 2.Soñar, 3.Cruzando Toro Zambrano, 4.El planeta de los simios, 5.Pobre kaminante, 6.Ametetseedsecnarfleekignolsamsere, 7.Ser joven, 8.Marichiweu, 9.Yo no rapeo, 10.Dame fuerza, 11.Mártir, 12.Amor_exilio, 13.Chien de fachos, 14.Skapa, 15.Con una pala, 16.¿Dios habla en inglés?, 17.Hey, 18.Abajo el imperio, 19.Aeugalonimret (6.57).
Duración: 74:01
Integrantes: UnoZeroXero, Reween, Lulolegua, DJ Jo-C.
Invitados: Claudio Narea, Anita Tijoux, Amaro Labra, Nahuel Viera (Bajutopia), GuerrillerOkulto, Francisco Villa, entre otros. |