Vida nueva para el más popular de los guitarristas post bop de todos los tiempos. Pat Metheny ha vuelto a la carga con el fichaje en el sello Nonesuch, pero también pareciera cargar con el peso de una imagen congelada en el tiempo. La del exitosísimo hombre que conquistó al mundo con un jazz eminentemente norteamericano: mandíbulas apretadas, gesto de entre dolor y placer en el rostro, polerón a rayas horizontales y cabellera libre. Eso, lógicamente, es una postal de Pat Metheny en acción y como se trata de una imagen, no importa. Lo que de pronto puede llegar a hacer mucha fuerza sobre sus hombros es la música contenida en
The way up, noveno disco del Pat Metheny Group desde 1978 y cuadragésimo cuarto título personal como guitarrista: Música milimétrica, cristalina, expansiva y equilibrada. Para muchos, música "perfecta".
Desde que su proyecto de "grupo" (no de "jazztet", por cierto) tomara forma, Metheny cristalizó los propósitos que se había planteado en sus inicios como músico adolescente en Missouri. Amaba el jazz, pero también amaba la música campestre del interior de Estados Unidos. Tal vez sea él uno de los primeros hombres realmente importantes de la fusión norteamericana como proyecto de vida. Entonces el Pat Metheny Group se constituyó en un ensamble donde realmente el todo es much6o más que la suma de sus partes. Hay un segmento de auditores, que hoy debe tener entre 35 y 45 años, para quienes discos como
Travles (1982), First circle (1984),
Still life (talking) (1987) y
Letter from home (1989) representan esa perfección de la que hablábamos. Para ellos está construido
The way up.
Aunque el álbum ha sido planteado como un todo dividido en partes musicales, más allá de la sucesión de hits jazzísticos de fusión, es evidente que siguen estando los mismos
patterns elaborados por Metheny y su pianista Lyle Mays. Es la receta de esta dupla creativa e inconfundible que tanto éxito logró entre el público. La guitarra sintetizada vuelve a ser el sello distintivo del solista, las vocalizaciones a la Pedro Aznar regresan y los solos sumamente creativos están como siempre dentro de ciertos márgenes de los que no conviene escaparse. Despertar a las bestias nunca ha estado entre los propósitos de Metheny (salvo por un álbum llamado
Zero tolerance for silence, muy mal calificado). ¿Por qué iba a estarlo ahora? Alguna vez Metheny tuvo la misma resonancia que un artista del mundo pop (16 Grammy en su repisa, videos por MTV, giras a estadio lleno). Si eso está buscando con
The way up, lo encontrará pasado mañana y a la vuelta de la esquina. Al menos entre la facción "intelectual" de la audiencia mainstream.
Iñigo Díaz
Pat Metheny Group, "The way up" (2005, Nonesuch)
1. Opening, 2. Part one, 3. Part two, 4. Part three.
Personal: Pat Metheny (guitarra acústica, guitarra sintetizada y guitarra slide), Lyle Mays (piano y teclados), Steve Robdy (contrabajo acústico, contrabajo eléctrico y cello), Cuong Vu (trompeta y voz), Gregoire Maret (armónica) y Antonio Sánchez (batería).
Músicos invitados: Richard Bona (percusión y voz) y Dave Samuels (percusión).
Producción: Pat Metheny, Lyle Mays y Steve Robdy. |