Hace seis años, cuando Coldplay recién empezaba a darse a conocer, había dos canciones de su primer disco que sonaban en la radio. Una era muy buena y la otra era corriente. La muy buena se llama "Shiver". La corriente se llama "Yellow", que es la que funcionó e inició la ruta del grupo al éxito. El sentido de la carrera de Coldplay desde entonces tiene que ver con esa diferencia: Coldplay eligió seguir el
camino Yellow.
El tercer disco del grupo inglés es melancólico y en ocasiones hasta lánguido. Brian Eno, el inventor de la música ambient, toca sintetizadores en una canción, pero ni Eno ni la cita que hay aquí de los pioneros electrónicos alemanes Kraftwerk contrapesan la fuerte identidad del disco: el pop melódico del grupo y el tono introspectivo del cantante Chris Martin están más asentados que nunca. La usual comparación con U2 o Radiohead nunca fue tan inapropiada: con pianos y violines, Coldplay es un grupo de baladas incluso cuando toca rápido. "A message" o "The hardest part" son un nuevo aporte a la historia del pop: la balada rápida.
Este es un disco producido sin fallas y hay pasajes de canciones como "What if", "White shadows" y "A message" en los que llega a sentirse en la piel el destello de belleza de una modulación o una armonía. Pero Coldplay es conservador porque economiza esos destellos. "What if" parte con un piano solitario y desemboca en un mar de cuerdas, pero insiste en una sola idea. Y no hay mejor ejemplo que el single que suena en la radio. Es evidente que el grueso del trabajo de escribir "Speed of sound" estaba hecho desde que grabaron "Clocks" hace tres años, y compararlas es un juego grato al oído, porque ambas son canciones pop igual de efectivas, recordables y bonitas. Pero "Speed of sound" es lo mejor de este disco porque en general en
X&Y Coldplay no sólo se queda en el mismo sitio, sino que raciona sus propios recursos.
X&Y es tan importante que la compañía EMI atribuyó pérdidas de un trece por ciento en sus ganancias el año pasado a las demoras en el lanzamiento del disco. Coldplay ha vendido cinco millones de copias de
Parachutes (2000) y once millones de
A rush of blood to the head (2002) y su nuevo álbum es esperado como salvavidas por una industria en crisis. Pero al interior del disco tampoco está permitido despilfarro alguno, sino al revés. Al punto de que en una sola canción grabada por este mismo grupo hace seis años hay más ideas que las que se oyen en la mitad de su nuevo disco. Será que corren tiempos de crisis.
David Ponce
Coldplay ,"X&Y" (2005, Parlophone/EMI).
1. Square one. 2. What if. 3. White shadows. 4. Fix you. 5. Talk. 6. X&Y. 7. Speed of sound. 8. A message. 9. Low. 10. The hardest part. 11. Swallowed in the sea. 12. Twisted logic.
Músicos: Chris Martin (voz, guitarra, piano y teclados), Jon Buckland (guitarra), Guy Berryman (bajo), Will Champion (batería). Invitados: Brian Eno (sintetizadores), Audrey Riley (arreglos de cuerdas).
Producción: Coldplay, Danton Supper y Ken Nelson.
Duración: 62’32’’
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