El pasado 4 de julio, Fernando García cumplió los 75 años. Un número enorme si se quiere, pero insuficiente como obstáculo para un compositor tan lúcido y activo como él. Según opinan algunos especialistas, Fernando García escribe hoy mismo obras tan naturales y agudas como cuando era un joven ansioso por hacer crecer su catálogo. No todos los compositores tienen la posibilidad abierta de poner sus obras en discos, más allá del estreno de piezas en festivales de música o de la consulta disponible de partituras en archivos sonoros. Fernando García se puede dar el gusto de sentarse con sus camisas tipo Les Baxter en un sillón y escuchar cómo cuatro orquestas sinfónicas (ni siquiera chilenas) interpretan sus composiciones.
García / Padilla está presentado como "música de arte contemporánea americana", tal vez sugiriendo que el vínculo entre los artistas de Chile y Perú es más sólido de lo que el público afín puede pensar. Personalidades de la música contemporánea docta o popular de ambos países se han mezclado y remezclado desde hace décadas. A la vuelta de la esquina están García (cuyo primer equipaje del destierro dejó en Lima) y también Luis Advis, Sergio Ortega u Horacio Salinas por el lado de los chilenos. Celso Garrido-Lecca, y ahora el joven Abraham Padilla, por el lado de los peruanos. Como alumno de García en la Universidad de Chile, Padilla estableció lazos tales que una vez de regreso al Perú convocó a algunas de las orquestas clásicas más importantes de su país para poner en marcha el proyecto de interpretación de parte de la obra sinfónica del chileno. Piezas datadas principalmente entre 1992 y 2003, aunque "Firmamento sumergido", trallazo a quemarropa, una de las dos composiciones que pone en acción a la teóricamente más importante orquesta peruana, está fechado en 1968, una época especial para García y la generación de discípulos de Gustavo Becerra.
Más allá de las conceptualizaciones que pudieran desplegarse sobre este set de obras (tal "privilegio" se lo dejamos a los críticos de arte y musicólogos), son las sensaciones que provocan estas edificaciones las que nos da la posibilidad de expresarnos como auditores comunes y corrientes. Esto es música que pone en alerta. Quien busque el descanso de la mente a través de las creaciones de García, de seguro tendrá que cambiar de disco, porque las tensiones son tremendamente afiladas. Las melodías no son cantables y cada tres minutos aparece una sorpresa que puede dejar pálido a algún descuidado. En esta música el todo es mucho más trasgresor que la suma de sus partes. Porque Fernando García es un músico del siglo XX, un músico de vanguardia. Y como la vanguardia siempre estará al lado izquierdo, es además un músico de izquierda (con mayúsculas). El primero que observó en 1953 en Europa los avances de la música electrónica, y que trajo estas novedades a Chile. El que grabó junto a León Schidlowsky la primera obra concreta latinoamericana ("Nacimiento", 1956). Y quien le entregaron en 2002 el Premio Nacional de Música. Los aplausos del público peruano después de cada obra sinfónica de García dan cuenta de todo ello.
Íñigo Díaz
Fernando García / Abraham Padilla, "García / Padilla" (2005, Universidad de Chile / Fondart)
1. Firmamento sumergido, 2. Tres miradas, 3. Misterios, 4. Luces y sombras, 4. Nuevos juegos, 5. Preámbulo para crónicas americanas, 6. Dos temas de discusión, 7. Tres miradas, 8. Luces y sombras
Músicos: Fernando García (composición), Abraham Padilla (dirección orquestal).
Orquestas: Orquesta Sinfónica Nacional del Perú, Orquesta Sinfónica de Arequipa, Orquesta Sinfónica de Trujillo y Orquesta Sinfónica Municipal de Piura.
Producción: Abraham Padilla
Duración: 63’31’’ |
