Una vez el guitarrista chileno Pedro Rodríguez —eximio conocedor del sonido blues-rock— compartió escenario con el joven guitarrista Gabriel Feller, ex músico de la Los Andes Big Band. Se refirió al nuevo solista diciendo "yo era como una máquina en mal estado y él era como una máquina aceitada". Así de preparados están algunos músicos del nuevo jazz chileno. Y eso que Rodríguez —como Emilio García o Ángel Parra hijo— ha tenido en sus manos una de las más fuertes guitarras del jazz eléctrico desde fines de los 80. Pero no sólo Feller es una máquina aceitada. Lo es el mecanismo completo de la banda que integra y que entre todos los personajes que nombra, nada más aparece él de manera explícita: El Bueno, el Malo y el Feller. Nunca han vestido como cowboys, aunque en sus comienzos el año pasado los promovían como banda de
spaghetti western. Ellos, un poco, tiraban el anzuelo cuando tocaban noche a noche la cortina de
El Bueno, el Malo y el Feo, como lo hicieron también Los Sonnys, de Florcita Motuda, en los años 60.
El Bueno, el Malo y el Feller no están ni cerca de practicar música ligera. El Bueno, el Malo y el Feller son una banda de jazz contemporáneo. No es jazz-rock, ni menos aún jazz fusión. Un ensamblaje tripartito de alto rendimiento y eso se puede verificar en sus conciertos, pero sobre todo en este debutante
El Bueno, el Malo y el Feller, donde el largo trabajo de pre y post producción a puertas cerradas fue tan determinante como poco habitual para un proyecto de jazz. El matiz de "contemporáneo" lo dan algunas orientaciones venidas desde el propio barrio bajo de Nueva York y que se pueden recoger de músicos como el clarinetista Don Byron en plan
blaxploitation o el trío Medeski, Martin & Wood. La banda la completan además de Feller, el bajista eléctrico Rodrigo Ríos y el baterista Julio Denis. No sólo juega como "power trío", sino también incluye un cuarto instrumento a la baraja sónica con el uso del computador. Eso queda a cargo de Ríos, el único tercio que no proviene directamente desde el jazz. Más bien del funk y la música experimental. Su referencia no es Jaco Pastorius con Weather Report, como podría pensarse. Más bien Dave Holland en la banda ácida de Miles Davis. Ríos proporciona una serie de muestras de sonido y fondos como doble integrante a través del laptop: guitarras reconstruidas y en reversa, scratchs "digitales", discursos políticos, lateras explicaciones médicas y grabaciones telefónicas preparando emboscadas. Todo suma hacia una imaginería que El Bueno, el Malo y el Feller construyen como ensamble de escenario más el aporte de otros músicos que han probado en la música tipo acid jazz: el pianista eléctrico Lautaro Quevedo (ex Cyberjazz) y la sección de bronces de Alüzinati, Agustín Moya (tenor) y Sebastián Jordán (trompeta),
Jordán aparece "a lo Miles Davis" en "Sueño eterno", con y sin sordina, confirmando que su sonido es siempre muy elegante. Moya refuerza la banda con su acostumbrada presencia volumétrica en la fiesta "a lo James Brown" que se produce espontáneamente en "Vamo ahí". Ahí está el empuje de Ríos como un padrino del soul latino y también la guitarra de Feller "a lo John Scofield". En otro pasaje, Feller cambia a sonido country moderno "a lo Bill Frisell" en "Country style", y en casi todas las otras se siente el espíritu de Jimi Hendix. "Fue lo primero que quise tocar cuando tenía una guitarra eléctrica", diría Feller. Con razón hoy blande una Stratocaster modelo 1972. La guitarra tiene ocho años más que el guitarrista. El mismo engranaje primordial de esta máquina aceitada y en perfecto funcionamiento.
Íñigo Díaz
El Bueno, el Malo y el Feller, "El Bueno, el Malo y el Feller" (2005, Vértice / Fondart)
1. B.A.S.G. 2. Vamo ahí! 3. Sueño eterno. 4. Cóndilo. 5. Patelo femoral. 6. El lanza 2.03. 7. Country style. 8. Amnesia. 9. Guerra v/s error. 10. Parto 5.
Músicos: Gabriel Feller (guitarras), Rodrigo Ríos (bajo, samplers, scratchs y protools), Julio Denis (batería).
Invitados: Lautaro Quevedo (piano eléctrico), Sebastián Jordán (trompeta), Agustín Moya (saxo tenor) y Matías Mardones (beatbox).
Duración: 58’52’’.
Producción: El Bueno, el Malo y el Feller
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