Uno de los
stickers pegados en la tapa de este CD vende que
See you on the other side es "la evolución del heavy" o "la evolución de lo heavy", y aunque sea posible discutir si Korn es una muestra de evolución, sí es claro que es un grupo cambiado. Entre los músicos estadounidenses que en la década pasada redefinieron el metal como Deftones y Limp Bizkit, Korn siempre fue el más visiblemente angustiado de todos, y aquí los susurros, murmullos, desgarros y gritos guturales de Jonathan Davis siguen presentes: el cantante del grupo ruge como un metalero de la muerte si hace falta en "Getting off", y en "Liar" vuelve sobre ese dialecto como aprendido de Linda Blair en las mejores escenas de "El exorcista".
Pero para saber qué ha cambiado en el séptimo disco de la banda tras
Korn (1994),
Life is peachy (1996),
Follow the leader (1998),
Issues (1999),
Untouchables (2002) y
Take a look in the mirror (2003), en este caso resulta útil dar un vistazo a los créditos.
See you on the other side está coproducido con alta ingeniería y hasta el más mínimo detalle por Davis con dos socios: uno es Atticus Ross, un hombre que ha trabajado con el grupo industrial Nine Inch Nails, y el otro es The Matrix, un núcleo de productores pop que ha auxiliado a Avril Lavigne y que además de productores son compositores. Todo cuadra. Rock industrial y pop son los nuevos límites de Korn.
Que esto sea metal con bases secuenciadas remite al sonido industrial, y es cierto que el disco se aproxima a ratos a Nine Inch Nails o tal vez a Marilyn Manson, pero otras programaciones remiten a sonidos y ritmos más afines al pop. Tal vez sea más que una coincidencia el hecho de que a partir de este álbum ya no está en Korn el guitarrista Brian
Head Welch, que se hizo cristiano. Por más que sea una pena que sus microtrenzas ya no hagan juego con los dreadlocks de su colega James
Munky Shaffer, ahora las guitarras ya tienen contrapeso y en ocasiones ni el bajo de Reginald
Fieldy Arvizu se oye tanto al lado de las bases, sintetizadores y gaitas que suenan a lo largo de todo el disco.
También hay cosas que no cambian. "Love song" tiene una sección de teclados, pero en ella Davis igual dice "Motherfucker". Porque aunque
See you on the other side sea ampuloso y teatral, Korn mantiene su línea editorial. "Hypocrites" se trata de religión, y el título ahorra más comentarios. "Politics", obvio, se trata de política, y, obvio, no quiere nada con la política. "No quiero hablar de política. Me importa una mierda la política", grita Davis: interesante, sobre todo si el Presidente de tu país es la mayor plaga de la política internacional. Pero en Korn sigue siendo más relevante la angustia individual. Jonathan Davis habrá vendido un cuarto de millón de discos en el planeta, pero aún lo pasa mal, o al menos en la canción final del disco, "Tearjerker", se lamenta y quisiera que hubiera alguien que lo amara. El dinero no hace la felicidad. La evolución tampoco.
David Ponce
Korn, "See you on the other side" (2005, Virgin/EMI).
1. Twisted transistor. 2. Politics. 3. Hypocrites. 4. Souvenir. 5. 10 or a 2-way. 6. Throw me away. 7. Love song. 8. Open up. 9. Coming undone. 10. Getting off. 11. Liar. 12. For no one. 13. Seen it all. 14. Tearjerker.
Músicos: Jonathan Davis (voz, gaitas), James Munky Shaffer (guitarra), Reginald Fieldy Arvizu (bajo), David Silveria (batería).
Producción: Jonathan Davis con The Matrix y Atticus Ross.
Duración: 61’20’’.
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