Tal y como advirtieron los integrantes del grupo en cada entrevista al respecto,
Anoche (2005), el más reciente disco de Babasónicos, sigue un camino marcadamente distinto al anterior, el exitoso
Infame (2003). Un cambio de dirección esperable, si se tiene en cuenta la variedad estética de los ocho álbumes oficiales de la banda, pero que no deja de ser llamativo pues
Infame y su antecesor
Jessico (2001) catapultaron a los argentinos a niveles de popularidad y reconocimiento artístico nunca antes experimentados en su trayectoria comenzada en 1991.
El impacto mediático y la excelencia de sus dos discos anteriores hacen inexorable la irrupción de la expectativa. Lo primero que llama la atención en
Anoche es lo limpio y apacible de su marco sonoro. Una guitarra acústica rasgueada aparece en gran parte de las canciones, las eléctricas suenan sin sobredosis de distorsión y los aportes de la electrónica se reducen al mínimo, casi exclusivamente al uso de sutiles efectos atmosféricos.
La propuesta sonora va de la mano con el clima reflexivo del álbum: la fiesta de
Infame se terminó y sólo pervive a la hora de la resaca a modo de evocación, como en la contenidamente hedonista "Puesto" (
"…soy hermoso y el mundo sonríe conmigo…" "…todo lo que pueda arreglar hoy lo dejaré para mañana…", dice el personaje interpretado por el vocalista Adrián
Dárgelos Rodríguez).
Sin embargo, el baile no murió del todo y, para probarlo, ahí está el pegajoso palpitar de "Falsario". La letra, escrita junto al poeta Marcelo Cohen, es la única del disco que no está firmada en exclusiva por el cantante y tratar de desentrañar su sentido invita a vivir una experiencia filosófico-
hermenéutica o, más sencillo, a narcotizarse, o más sano, a saltar a la pista.
Las letras de significado abierto, características en la escritura de
Dárgelos Rodríguez, retornan a uno de sus tópicos recurrentes: el rock. La acústica "Pobre duende" es un reproche de menos de un minuto y medio a quienes transformaron al rock
"…en una estampa estúpida de sumisión…". "Luces", en tanto, es una potente proclama que reivindica a la arrogancia como característica consustancial a este género musical. Ambas inquietudes encuentran sentido en fenómenos propios de Argentina, como los intentos de intervención gubernamental en la gestión de las bandas y la corriente conocida como "rock barrial", por lo que su impacto se diluye a este lado de los Andes. Que las mejores abogadas del rock son las buenas canciones lo recuerdan la desafiante "Así se habla" (su virulento estribillo le reclama "una explicación" a los poderosos y privilegiados), la juguetona y galante "Solita" y la urgente "Ciegos por el diezmo".
El apartado de canciones pop está bien tratado. Para ello se echa mano a la habitual solvencia del grupo a la hora de componer melodías que se adhieren de inmediato a la memoria. El tríptico de temas enganchados, que inaugura el cínico primer single "Carismático", recurre a otra de las marcas de la casa: la efectiva interacción entre la voz principal y los coros. Eso les permite, incluso, traspasar exitosamente un estribillo de la mencionada canción al segundo single "Yegua".
El carácter contradictorio y evasivo de
Anoche se decanta en tres composiciones de texturas cristalinas y arreglos amables: "Capricho" incluye un solo de arpa paraguaya, "El colmo" (
…"canción llévame lejos, donde nadie se acuerde de mí…", canta en ella Dárgelos) y "Exámenes", que sorprende incluyendo un piano y tienta a comparar la evolución de su tratamiento de la duda en la seducción con la juvenil "Bien" (incluida en su debut
Pasto, de 1992).
Ni muy rock ni muy pop, con 14 canciones (13 de ellas escritas en primera persona) hacinadas en 36 minutos, y con un concepto general que apunta más a la variedad de estímulos que a la coherencia;
Anoche no provoca amor a primera oída como sus dos predecesores inmediatos, pero a la larga su apuesta satisface y convence.
Pablo Arce
Babasónicos, "Anoche" (2005, Universal).
1. Así se habla. 2. Carismático. 3. Yegua. 4. Un flash. 5. Pobre duende. 6. Solita. 7. Puesto. 8. Falsario. 9. Capricho. 10. El colmo. 11. Ciegos por el diezmo. 12. Exámenes. 13. Muñeco. 14. Luces.
Músicos: Adrián Dárgelos (voz), Mariano Roger (guitarra), Diego Uma (guitarra, percusión), Gabo (bajo), Uma-T (teclados), Diego Panza Castellano (batería).
Invitado: Carca (en "Falsario").
Producción: Babasónicos.
Duración: 36’15’’.
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