Un círculo se abre y se cierra al mismo tiempo con la edición de esta serie de tomas captadas sobre el escenario del club de jazz El Perseguidor, enclavado en el epicentro de Bellavista. El disco se llama, simplemente,
En vivo. "Abre" las acciones de la nueva editora de jazz Perseguidor Records, adjunta al propio club y con la autoexigencia de sacar al mercado un disco por mes. Y "cierra" un ciclo para la
lady crooner Alexandra Inzunza, la última de las figuras originalmente surgidas desde la "factoría" del jazz vocal del pianista Moncho Romero en grabar material swing: Rodrigo González (
Bajo la piel, 2002), Myriam O (
Myriam O, 2004), Ana María Meza (
Smile, 2004) y Paula Lizana (
Primores, 2005).
Inzunza representa e interpreta muy bien el papel de cantante de elegancia y resplandor. La música que escogió para bajar el telón de esta primera etapa en el jazz (consignamos que hoy está radicada en Nueva York, profundizando en el lenguaje vocal con maestros como el mismísimo Barry Harris y la cantante Jay Clayton), sigue la norma de ciertos "clichés" que con ella no parecen ir en la contra: jazz para adultos, jazz de hoteles de lujo, jazz de cocktail, jazz para diplomáticos. Alexandra Inzunza ha negado la imagen de la diva ceñida en un vestido rojo y desparramada sobre un gran piano Steinway. Con cualquiera de las chicas que practican el swing parecería algo ridículo, pero hasta dan ganas de ver el resultado del cuadro con Alexandra Inzunza. Porque para ello habría que tener, primero, un manejo perfecto del inglés (Inzunza nació y vivió en Australia) y luego la naturalidad y la sobriedad para ser magnética sin intentar serlo a toda costa. Durante el invierno pasado ella se presentó en el Teatro del Lago de Frutillar un día antes de la cantante Rossana Saavedra. Y ahí quedaron expuestas las posiciones donde ambas se ubican hoy en el jazz vocal: donde Saavedra empuja, Inzunza contiene, y cuando Saavedra es desgarro, Inzunza es prestancia.
Otra noche llegó a El Perseguidor con su última banda de apoyo, un sexteto de contemporáneos (antes actuaba con el trío de Moncho Romero) y "coterráneos" (todos sus
sidemen fueron compañeros en Projazz), e hizo un resumen de sus años de swing en una sola sesión nocturna. Entre ellos, su brazo derecho es el guitarrista Nicolás Yankovic y uno de los que aparece con mayor proyección es el pianista Felipe Rojas. Mientras, se mantiene la interrogante acerca de qué habría ocurrido en
En vivo si el habilidoso zurdo Sven Schmuck hubiera podido pulsar un contrabajo —y no un bajo activo de seis cuerdas— para acompañar canciones originalmente concebidas en la era acústica: "It’s alright with me" (Cole Porter), "Black coffee" (Sonny Burke), "Well you needn’t" (Thelonious Monk). Menudencias para una banda que inicia su avance lentamente en la balada romántica de "Cry me a river" y termina en un estupendo final
uptempo de unísonos en "Just you, just me", simplemente imposibles de seguir nota a nota. Dudas quedan en las canciones que no pertenecen al cancionero standard norteamericano. Ni "Corcovado" (Tom Jobim), ni "You’ve got a friend" (Carole King), ni "Yo vengo a ofrecer mi corazón" (Fito Páez) aparecen con la fuerza y agudeza de todas las otras melodías que sí lo son. Por eso Alexandra Inzunza viajó además a Nueva York. Cuando los conciertos de lanzamiento de
En vivo justo una semana antes de la partida fueron presentados como "debut y despedida", la próxima consigna para Inzunza de seguro será "acción y bienvenida".
Íñigo Díaz
Alexandra Inzunza, "En vivo" (2005, Perseguidor Records)
1. Well you needn’t. 2. Cry me a river. 3. Just you, just me. 4. Corcovado. 5. It’s alright with me. 6. Black coffee. 7. Yo vengo a ofrecer mi corazón. 8. I get a pick out of you. 9. You’ve got a friend.
Músicos: Alexandra Inzunza (voz), Nicolás Yankovic (guitarra), Nicolás Russell (saxo alto), Felipe Rojas (piano), Sven Schmuck (bajo), Ignacio García de Cortázar (batería).
Duración: 52’12’’
Producción: Pablo Urzúa y Carolina Fernández
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