Francés, chileno, franco-chileno, ya son categorías que quedan chicas a Pánico, un grupo que después de haberse convertido a la cumbia como una sonora telepática hace tres años, ahora vuelve con lo que bien podría ser su primer disco chicano new wave. O niu wey, para que rime con "Qué pasa wey", la primera de sus nuevas melodías.
Wey, el modo coloquial en que suelen llamarse entre sí los mexicanos, aparece una y otra vez en estas canciones. Y new wave, la nueva ola que cambió la cara de rock después del punk de los años ’70 en el mundo, es algo que Pánico ya conoce desde hace tiempo, como bien lo prueban "Rayo directo al ojo" o "Mejor día", canciones de su disco
Rayo al ojo (1998). En
Subliminal kill el grupo vuelve sobre parte de esas raíces, justo cuando el post-punk vuelve a estar en boga. Queda claro desde el comienzo, con el rol esencial de la bajista Carolina Tres Estrellas en sustentar junto a la batería de Seba la irresistible base bailable de "Qué pasa wey", que luego se encadena sin respiro a "Transpira lo" con el agregado de un rap estampado sin dilaciones por la estadounidense Crazy Girl. El resultado de esas canciones es inmediato y tiene el espíritu de los B-52’s más bailables de la new wave entera.
También hay sonido más electrónico. Así se oye una nueva versión de "Quiero estar anfetaminado", canción temprana del grupo, mientras "Ice cream" también comparte ese carácter. "Iguana" es un episodio en especial alucinógeno, lento, desértico y reptilesco multicolor, en el que el cantante Edi Pistolas delira en inglés y español frases como "You look like god baby on this rock / Iguana mexicana falling down" en medio de los efectos marcianos y scratches provistos por el guitarrista Memoria Radial y por DJ Squat. Y la adaptación de Pánico para "Lupita" es una buena excusa para escuchar sin pausas el mambo original del padre del género, Dámaso Pérez Prado, luego la versión que Pachucho y la Cubanacán impusieron en Chile y luego la de Pánico, para ver cuánto se puede disparar la teoría de la evolución de las especies.
"New York Santiago París Barcelona", enumera Edi Pistolas en "Santiago song", bañado en el bajo adhesivo y la batería prendida de Pánico. Es una declaración de principios del todo compatible con el lenguaje híbrido que han llegado a manejar, y que recorre toda la expresión del grupo, desde los sabrosos cencerros descubiertos por gringos como LCD Soundsystem o The Rapture y recuperados aquí por Seba y Squat, hasta el spanglish con que Edi Pistolas canta todo este disco, alimentado de
Perdita Durango y con pronunciaciones como "Jánguin arraund". Algo así como cuando U2 parte cantando "uno, dos, tres, catorce", sólo que al revés, rock excitante en vez de rock repetido.
David Ponce
Pánico "Subliminal kill" (2005, Tigersushi / La Oreja / Bizarro).
1. Qué pasa wey. 2. Transpíralo. 3. Icecream. 4. Iguana. 5. Anfetaminado. 6. Guerra nuclear. 7. Lupita. 8. Santiago song. 9. Make it 3. 10. Telephone dilemma.
Músicos: Edi Pistolas (voz, guitarra, teclados), Carolina Tres Estrellas (bajo, voz), Memoria Radial (guitarra), Seba (batería), Squat (tornamesas y percusión).
Invitados: Crazy Girl (voz), César Estay (congas).
Producción: Pánico, con producción adicional y mezcla de Cristian Vogel y Joakim.
Duración: 40’22’’.
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