Un "héroe de la guitarra eléctrica" debe responder a las exigencias que le confiere su investidura. En Inglaterra, Townshend, Beck y Page. Todos fueron feroces solistas en los años del desbande tocando para The Who, The Yardbirds y Led Zeppelin. Todos también quedaron sobrepasados y con el arribo a Londres del más heroico de los guitarristas, Hendrix. Todos salvo Clapton, que tocaba con la mano lenta y que además era idolatrado por el propio Jimmy James. Pero había uno más joven, menos conocido, más silencioso y aún más lento, que transformó la guitarra eléctrica en una máquina de creación de atmósferas. Desde que David Gilmour se incorporó a Pink Floyd en 1968, el cuarteto británico alcanzó musicalizaciones superiores, con el debido respeto a un lunático como Barrett.
Gilmour siempre fue un héroe y siempre se mantuvo en una isla, protegido. Hace sólo un mes cumplió los 60 años. El gran paso hacia la sabiduría coincidió además con una época de cambios. Primero, los abrazos con Roger Waters de vuelta en los Floyd, en Hyde Park en junio de 2005. Y después, la aparición de
On an island, el tercero de sus discos personales publicados a un ritmo tan pausado como lo han sido sus melódicas canciones: entre
David Gilmour y
About face pasaron seis años. Y de éste a
On an island, más de veinte. Pero si Gilmour ya no tiene el aspecto de arcángel que mostraba en
Atom heart mother (1970) o
Meddle (1971), sigue siendo aquí tan floydiano como el día en que Waters lo obligó a componer diez minutos de música para llenar el segundo volumen de
Ummagumma (1969). Entonces él escribió "The narrow way". Fue su primera canción ciento por ciento autoral, llena de imágenes poéticas. Diapositivas que también se suceden en "On and island", bellísima melodía de arranque en este nuevo set, con esa voz flotante que mantiene intacta y que aquí está apoyada además por dos de los mejores armonizadores vocales: David Crosby y Graham Nash (del histórico trío folk, donde sólo faltaría Stephen Stills para haber hecho de esta canción una pequeña maravilla). Por añadidura, en la misma canción está Rado Klose, que fue el primer guitarrista de la prehistoria de Pink Floyd, en 1965.
"The blue" avanza triste sobre los arpegios. Cuando entra la guitarra protagónica de Gilmour el carácter musical resulta inconfundible. Cada vez que tocó para Pink Floyd, sus intervenciones solísticas nunca parecieron improvisadas, sino más bien planificadas. Sus solos eran parte de cada obra. Y en piezas como el instrumental "Then I close my eyes" con cuerdas, corneta (por Robert Wyatt) y piano (por Phil Manzanera, ex Roxy Music, y confeso fan de Gilmour desde
The dark side of the moon, 1973), hay método científico. "Smile" es una cancioncilla totalmente británica, como la hubiera escrito tal vez Ray Davis para The Kinks. En "Red sky at night" brilla un saxofón (tocado por… ¡Gilmour!), como en los shows de
Delicate sound of thunder (1988) y en "Take a breath" hay algo de agresividad musical y poética, en el buen uso de la guitarra Fender modelo Stratocaster y en las letras de Polly Samson, la inquieta mujer de Gilmour, quien ya había escrito algunos textos para
The division bell (1994). Quien siga a Pink Floyd y los pasos de cada uno de sus músicos, puede en encontrar en
On an island un resumen todos estos discos, de épocas, canciones y sonidos como imágenes verbales. La ruta de un ateo acérrimo como Gilmour, un niño olvidado por sus padres y un adolescente obsesionado con la idea de la muerte.
Íñigo Díaz
David Gilmour "On an island" (2006, Columbia/SonyBMG).
1. Castellorizon. 2. On an island. 3. The blue. 4. Take a breath. 5. Red sky at night. 6. This heaven. 7. Then I close my eyes. 8. Smile. 9. A pocketful of stones. 10. Where we start.
Músicos: David Gilmour (voz, guitarras, bajo, piano eléctrico, órgano Hammond, saxofón y percusión), Rado Close (guitarra), Guy Pratt (bajo), Andy Newmark (batería), Chris Thomas (teclados).
Invitados: David Crosby (voz), Graham Nash (voz), Rick Wright (órgano Hammond y voz), Chris Stainton (órgano Hammond), Polly Samson (piano y voz), Jools Holland (piano), Ged Lynch (batería), Phil Manzanera (piano y teclados), Leszek Mozdzer (piano), Caroline Dale (cello), Chris Laurence (contrabajo), Ila Eshkeri (programación), George Fame (órgano Hammond), B.J. Cole (guitarra), Robert Wyatt (corneta, voz y percusión), Willie Wilson (batería), Lucy Wakeford (arpa) y Chris Thomas (teclados).
Duración: 51’44’’.
Producción: David Gilmour, Phil Manzanera y Chris Thomas
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