Las únicas voces que se escuchan en este festín de música de raíz folclórica titulado
Ensamble Serenata (2005) son arengas: "¡Oiga!", "¡Hasta el próximo lunes!", "¡Arriba los corazones!". Una aparece en "No me cumbé", otra en "Mejorana santeña" y otra en "En Trujillo nació Dios". Demasiado poco para la celebración popular bajo una palapa. Demasiado para el silencioso rigor de la sala de conciertos. El Ensamble Serenata va y viene hacia y desde ambos mundos como una de las más actuales y vivas agrupaciones en el ejercicio de llevar el folclor a la cámara, o en el camino inverso. Ésa es la vida que eligió el hoy sexteto, convocado originalmente en 2001 como Trío Serenata, pero que debió cambiar a Ensamble Serenata un año después cuando sus necesidades de coloratura crecieron al mismo ritmo que aumentaba el repertorio: de obras de Bach y Mozart a obras del paraguayo Agustín Barrios Mangoré o el venezolano Heraclio Fernández. Y de ahí, a las de los chilenos Guillermo Rifo o Juan Antonio Sánchez.
Por acción del azar, el Ensamble Serenata se convirtió en cultor de la música de fusión latinoamericana, ésa que iniciaron en los ‘70 Barroco Andino, que tocó música culta con instrumentos vernáculos, o el Sexteto Hindemith 76, que tocó música de raíz con vibráfono y fagot. Por entonces, experimentos como esos eran toda una novedad. Hoy los músicos contemporáneos ya cuentan con un camino recorrido en estos términos y así es como se decreta en este segundo álbum del Ensamble Serenata. Pocas veces antes el folclor había sido tan pulcro, tan afinado y refinado. El Ensamble Serenata cuenta con un guitarrista clásico y concertista como Mauricio Valdebenito, lugartenientes como el flautista Hernán Jara, el oboísta Guillermo Milla o Claudio Acevedo, su director musical y creador del grupo Cántaro, además de un staff de arregladores repartidos por América Latina.
Entonces,
Ensamble Serenata pasa a ser una legítima clase magistral de ritmos del cono sur a la que uno debiera asistir como oyente si no está matriculado. Ya desde sus títulos todo va quedando claro: "Tonada por despedida" es una tonada chilena con armonías urbanas. "Vals de Mancera", un vals, pero no limeño sino caribeño y venezolano. "Milonga en Sole", es una milonga en sol mayor, dedicada a una mujer, posiblemente de nombre Soledad. "Fuga en huayno" es un huayno altiplánico y "En Trujillo nació Dios", un tondero peruano. Pero hay más. Y no sólo en
Ensamble Serenata, sino en
Puertas (2002), primer disco de este conjunto que surge hoy como una alternativa a quien haya encontrado en Inti-Illimani la única vía de acceso a estas maravillosas canciones de cordillera, llano y orilla.
Íñigo Díaz
Ensamble Serenata "Ensamble Serenata"
(2005, Universidad de Chile).
1. Maestro cuzqueño. 2. Tonada por despedida. 3. Vals de Mancera. 4. Sabrosón. 5. Viajera del río. 6. Milonga en sole. 7. Valseadito. 8. No me cumbé. 9. La bella cubana. 10. Mejorana santeña. 11. En Trujillo nació Dios. 12. Fuga en huayno.
Músicos: Hernán Jara (flauta traversa), Guillermo Milla (oboe), Mauricio Valdebenito, (guitarra clásica), Claudio Acevedo (cuatro, charango, tiple, mandolina y acordeón), Cristián Errandonea (contrabajo) y Raúl de la Cruz (percusión).
Duración: 43’23’’.
Producción: Claudio Acevedo y Ensamble Serenata.
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