Puede que alguien haya llegado tarde a los brazos de Francesca Ancarola y no perciba el cambio de piel que muestra ahora, cuando es ya una mujer hecha e izquierda, y una artista consolidada. Puede que Francesca Ancarola sea antidiva, pero es estrella igual y hoy ha hecho de
Lonquén su mejor disco solista. El más maduro y el más rockero. En efecto, el disco rockero en su serie de títulos donde siempre privilegió la exploración de las temperaturas de la canción acústica y de raíz folclórica. Comenzando por la trilogía que forma la primera etapa de su obra en la música popular:
Que el canto tiene sentido (1997),
Pasaje de ida y vuelta (2000) y
Jardines humanos (2003), son tres discos extensivos unos de otros que delinearon en ella un perfil musical muy equilibrado y cristalino, aunque a veces considerado demasiado
naif.
Lonquén, en cambio, tiene la actitud de una mujer con el pelo recortado al centímetro y suena a guitarra eléctrica estremecedora del mismo modo que Lonquén huele a asesinatos despiadados. En esa localidad también nació Víctor Jara, el más grande y universal de los cantautores chilenos y a quien está dedicado este álbum que tiene la misma tipografía de las mini ediciones de la antigua editorial Quimantú. Es una seguidilla de canciones propuestas desde una mirada “londinense”, si se quiere. No olvidemos que Víctor Jara viajó a Inglaterra a mediados de los años ‘60 y según cuentan algunas crónicas sus paseos por Carnaby Street y los hits radiales de los Rolling Stones en las tiendas de ropa psicodélica provocaron en él un estímulo suficiente como para que luego grabara en Chile un disco con banda de rock en el soporte (
El derecho de vivir en paz, 1971, con los Blops). Ese impulso se instala también en una Francesca Ancarola actual. Ella estudió muy bien el “lado eléctrico” invisible de Jara y se lanzó en picada desde el primer corte de
Lonquén. Es una canción poderosa, “Qué saco rogar al cielo”, y ahí Federico Dannemann ataca la guitarra eléctrica con actitud rockera. Luego la canción se deja caer en progresiones armónicas construidas con cuerdas que recuerdan un himno urbano de The Verve.
Ocurre igual en los estallidos sónicos de Dannemann para “Angelita Huenumán”, muy bien secundado por los otros hombres de la sección, el polirrítmico Daniel Rodríguez en la batería y el armónico Rodrigo Galarce en el contrabajo. Este último se une a Ancarola en duetos de cuerdas y voz para canciones acústicas, como la escalofriante “El lazo” (que también recuerda a “La mar cuando está variable”, de Inti-Illimani). Pero lo de rockero en Ancarola no está estrictamente condicionado al protagonismo de una guitarra enchufada. Hay más canciones de actitud dura y directa incluso en las sesiones acústicas y sin ritmo de fondo. Se encuentran también en la voz de Ancarola y sus bellísimos arreglos vocales para coro enorme en “Canto libre” y los propios doblajes de voz en “Lo único que tengo”. Incluso en una canción tan despojada de vestiduras como la misma “Lonquén”, tal vez de la manera en que lo hubiera querido el propio Víctor Jara. Ahí hay voz y nada más. Es el primer cuarteto en la narración de la historia:
En una escuela de Lonquén / sin bancos y sin ventanas / un niño aprende con ganas / los números del uno al cien”).
Iñigo Díaz
Francesca Ancarola "Lonquén" (2006, Maya / Fondart).
1. Qué saco rogar al cielo. 2. Lonquén. 3. Canto libre. 4. Lo único que tengo. 5. El lazo. 6. Angelita Huenumán. 7. El derecho de vivir en paz. 8. Luchín. 9. El cigarrito. 10. Poema 15. 11. El amor es un camino que de repente aparece. 12. Te recuerdo Amanda. 13. Manifiesto.
Músicos: Francesca Ancarola (voz), Federico Dannemann (guitarra), Rodrigo Galarce (contrabajo), Daniel Rodríguez (batería y bombo legüero).
Invitados: Antonio Restucci (guitarra y mandolina), Juan Antonio Sánchez (guitarra), Carlos Aguirre (piano y teclados), Elizabeth Morris (cajón), José Seves (cajón), Moisés Natenzón (percusión), Laura Fuentes, Francisca Santa María, Belén Contreras, Patricia Alegría, Daniz Mejías, Elsa Santander, Daniela Denti, Andrea Seguel, Marlen González, Jessica Viné, Francisca Garay, Constanza Achurra, Gloria Kaliski, Ignacio Rodríguez, Andrés Nusser (voces).
Producción: Francesca Ancarola.
Duración: 64’35’’.
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