EMOLTV

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Suele olvidarse que parte importante de la carrera musical de Caetano Veloso (también están su trayecto literario, actoral y hasta pictórico) ha tenido un vínculo estrecho con el rock. Parte de las críticas que se ganó la generación pionera de la tropicalia, en los años ’60, fue, precisamente, por su cercanía a la música que entonces se hacía en Estados Unidos e Inglaterra. Para los puristas de la samba y la bossa-nova, el rocanrol era música extranjerizante, frívola, y con la que un brasilero interesado en la cultura no tenía para qué involucrarse.

El interés espontáneo de Caetano Veloso por la revolución liderada por Elvis Presley, primero, y los Beatles, después, fraguó de modo ya irremontable con el exilio que le regaló la junta militar a pleno “swingin’ London”, en los ’60. Veloso es un librepensador respetuoso de los códigos rockeros, que en su nuevo disco, retoma lecciones que no citaba desde hace ya varios discos. No es que éste sea un álbum de rock propiamente tal, pero sí aquél en el que la guitarra eléctrica sostiene las canciones y la voz de Caetano como no había sucedido en Livro, Noites do norte ni ninguno de sus álbumes recientes. Porque Veloso había estado últimamente ocupado en grabar covers, no deja de ser interesante considerar que éste es su primer disco con canciones propias en más de seis años.

Hay rock en “Rocks” y en “Odio”. Y es innegablemente rockera la actitud de “Homem”. Buscamos más información sobre su proceso de producción y nos encontramos con sorprendentes agradecimientos del propio cantautor bahiano a los Pixies, los Sex Pistols y… ¡Gorillaz!; según él, presencias poderosas en su reciente inspiración. Siempre sirve asociar los buenos discos a los procesos biográficos de sus autores, y no puede pasarse por alto que, de algún modo, es el Blood on the tracks (un clásico dylaniano) de Caetano Veloso: el disco con el que busca registrar y, a la vez, superar su divorcio de Paula Lavigne. Hay referencias conmovedoras, las que debiese uno esperar de un hombre con su sensibilidad en forma. “Yo no me arrepiento de ti / Tú no deberías maldecirme así / Te hice crecer / tú me hiciste crecer, también”, le canta a su ex esposa en “Não me arrependo”. Ojo con el título: amar y perder será siempre mejor que no haber amado (Village siempre tuvo razón). El experimento de “Por quê?” transmite certeramente la obsesión de un proceso de ruptura: Veloso repite una misma palabra (‘estou-me a vir’) hasta que faltan 20 segundos para el final.

Pero quizás lo más juvenil de esté más allá de sus decisiones formales, y se esconda en los pliegues de ciertas canciones que son manifiestos existenciales, aunque a primera escucha no lo parezcan. “Homem” sería la cara frívola, esa en la que Caetano anuncia: “No tengo envidia de la maternidad, ni de la lactancia / Tengo envidia de la longevidad y de los orgasmos múltiples”. La cara profunda, inquietante incluso, es la de “O herói”, casi un rap, en el que Veloso asume la voz de un luchador radical antirracista: “Quiero ser negro cien por ciento / americano, sudafricano / todo, menos santo…”. Cada uno puede tener los héroes que se le antojen. Los de Caetano Veloso son los de un hombre que sigue prefiriendo aquellos que habitan en el lado salvaje.

Cristina Hynde

Caetano Veloso, “Cê” (2006, Universal)

1. Outro, 2. Minhas lágrimas, 3. Rocks, 4. Deusa urbana, 5. Waly salomão, 6. Não me arrependo, 7. Musa híbrida, 8. Odeio, 9. Homem, 10. Por quê?, 11. Um sonho, 12. O herói.

Músicos: Caetano Veloso (voz y guitarra), Pedro Sá (guitarra y voz), Ricardo Dias Gomes (bajo) y Marcelo Callado (batería y voz).

Invitados: Jonas Sá (voz en “O herói”).

Producción: Moreno Veloso y Pedro Sá.

www.caetanoveloso.com.br
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?