Cuando se escucha el decimocuarto álbum de estudio de la banda británica de heavy metal, la frase "las instituciones funcionan", popularizada por el ex Presidente Lagos, viene rápidamente a la memoria. Con
A matter of life and death, Iron Maiden muestra, con sorprendente vitalidad y eficiencia a 31 años de su fundación, que puede lanzar un disco que tiene poco que envidiarle a los clásicos grabados durante la década de los ’80, su época de gloria.
A diferencia de lo ocurrido con los dos correctos registros anteriores,
Brave new world (2000) y
Dance of death (2003), apreciados en gran parte porque en ellos retornaba el vocalista Bruce Dickinson tras un período en el que junto al limitado cantante Blaze Bayley el grupo tambaleaba, la gran calidad de las composiciones incluidas en
A matter of life and death hacen muy comprensible el enorme éxito de ventas obtenido alrededor del mundo. La primera señal positiva la arroja el hecho de que sus 72 minutos de duración (es el disco más largo de la banda) transcurren sin que aparezca el menor síntoma de aburrimiento.
"Different world", la canción que inaugura el disco, invita desde sus primeros compases a sumirse en su enérgico pulso, sustentado por el bajo de Steve Harris. El trabajo vocal de Dickinson, en excelente forma a sus 48 años, alterna pasajes graves y agudos que otorgan con inteligencia los contrastes requeridos por la estructura tradicional del tema y el
tempo uniformemente rápido. Las temáticas bélicas que inspiran el álbum desde su carátula, tienen su lado más polémico en la letra de "These colours don’t run", cuya historia dedicada a un soldado que parte a la guerra carece del carácter crítico que impulsa a los textos de las canciones que vendrán más adelante. En lo musical, desde su introducción construida sobre arpegios y tiempos que se van acelerando, comienza el espectacular desfile de secciones diferenciadas en velocidad, armonía y volumen; que permiten que canciones que incluso llegan a sobrepasar los nueve minutos de duración no decaigan en interés. Tampoco falta en "These colours…" el coro "de estadio" destinado a la catarsis de los fans que acuden a los shows en vivo.
La variedad de recursos empleados encuentra otra interesante dimensión en las diferentes texturas que construyen los tres guitarristas del grupo (Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers) en "Brighter than a thousand suns", cuya desoladora reflexión sobre las armas nucleares es vertida por la voz de un Dickinson que recurre a todo su generoso arsenal técnico. La descarnada descripción del cruento desembarco en Normandía (Segunda Guerra Mundial, 1944) contenida en "The longest day" se desarrolla intercalando extensos y sugestivos pasajes instrumentales. El impacto del primer single "The reincarnation of Benjamín Breeg" se diluye un tanto con la arrolladora irrupción de "For the greater good of God", escrita en solitario por Steve Harris, y sus inquisidoras preguntas por la justificación de las atrocidades que se cometen en el nombre de las religiones.
El estupendo final del disco corre por cuenta de la extensa "The legacy" (cronometra 9:20). Su particular estructura narrativa mezcla magistralmente sublimes pasajes acústicos, pesados quiebres, el apoyo de teclados, canto con gran sentido teatral y estupendas secciones que podrían ser calificadas de "progresivas" (en el buen sentido de la palabra, aquí no hay aburrido exhibicionismo efectista). Sin traicionar un lenguaje musical en el que se erigieron como máximos líderes y sin caer en obvios procesos de reciclaje, Iron Maiden da un creativo paso adelante, que permite a sus fans seguir aguardando buenas noticias del veterano sexteto en el futuro.
Pablo Arce
Iron Maiden, "A matter of life and death" (2006, EMI).
1. Different world. 2. These colours don’t run. 3. Brighter than a thousand suns. 4. The pilgrim. 5. The longest day. 6. Out of the shadows. 7. The reincarnation of Benjamín Breeg. 8. For the greater good of God. 9. Lord of light. 10. The legacy.
Duración: 72’06’’.
Músicos: Bruce Dickinson (voz), Steve Harris (bajo y teclados), Dave Murray (guitarras), Adrian Smith (guitarras), Janick Gers (guitarras), Nicko McBrain (batería).
Producción: Kevin Shirley.
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