A Zeca Barreto hay que agradecerle que sea punto equidistante de muchas músicas. De la música nordestina, del samba, de la bossa nova, de la MPB, de la trova y también del jazz. Y sobre todo hay que agradecerle que haya permanecido en Chile por tanto tiempo resignándose a dejar ese mundo paralelo al mundo que es el Brasil musical. Cuando en Brasil pasa todo, en Chile pasa bastante menos que un poco. Y desde 1990, año en que se radicó aquí, el bahiano Zeca Barreto vio frente a él un campo abierto y libre para impulsar la música brasileña, aquélla iniciada tímidamente con el dueto de voz y piano de Rita Góngora y Roberto Lecaros a mediados de los ’60 y sepultada, como todo lo que había que sepultar, durante las dos décadas posteriores.
Zeca Barreto avanza más con su primer disco editado en Chile a través de la oficina de Pez Records, orientada también al jazz. Se siente en
Ondas ese vaivén de las ondas marinas. “Ondas do mar da Bahia”, saluda Barreto en su disco. Las ondas son oscilaciones y a las oscilaciones los entendidos de física y música las reducen a una palabra:
swing. En la primera canción de
Ondas ya sabemos que la celebración que se viene será colorida, alegre y muy rítmica, con cantos negros y raíces afoxé. En “Festa de Largo” las palmas son un metrónomo orgánico que fractura los tiempos y el cavaquinho el instrumento que manda más, el mandamás. La banda está prendida con el influjo bahiano de la música playera que luego se traspasa a otro tipo de fiesta en “Fibra de vida”, con instrumentación eléctrica, metales muy arriba y un sinfín de trastos percutivos que suenan aquí y allá: repique, conga, tamborines, cajas, agogó, chekere, pandero, bambú. Para algunos músicos como él, el ritmo y los tambores son obligatorios.
Pero Zeca Barreto también sabe manejar tiempos y las temperaturas dentro de su disco. Utiliza muchos cuartetos de cuerdas en un ejercicio de composición y arreglos que lo acerca a una estética a veces más sesentera y pop de hacer las cosas. Cuerdas que están “Luz e poesia”, además con piano y con solo de saxo tenor (¿Jobim-Getz?), o en “Amaralina”, con guitarra jazzística y piano Rhodes. Barreto también canta en una manera íntima en “Círculo amarelo”, “Eterno cantar” o “Seguindo o mantra”. Lo hace recordando que en su fuero interno lo más primario que tiene es su condición de cantautor, aunque hoy es un trovador muy moderno capaz de instalar la lógica pop al lado cualquier otro tipo de música.
Ondas es una paleta cromática de uno o de varios lados musicales brasileños: “ondas musicales, ondas que van, ondas que vienen”, se despide Barreto en su disco. Alguien que ya ha tocado junto con tropicalistas como Caetano Veloso y Gilberto Gil, con un nuevo bahiano como Moraes Moreira y con una estrella absoluta como Djavan, perfectamente podría mirar hacia abajo. Pero Barreto mira siempre a la misma altura. Y eso también se agradece.
Iñigo Díaz
Zeca Barreto "Ondas" (2006, Pez).
1. Festa de Largo. 2. Luz e poesia. 3. Amaralina. 4. Fibra de vida. 5. Eterno cantar. 6. Círculo amarelo. 7. Seguindo o mantra. 8. Delirio cósmico. 9. Eu só quero navegar. 10. Do nosso jeito. 11. Promessas demais. 12. Caatinga.
Músicos: Zeca Barreto (voz, guitarra, cavaquinho, percusiones y programación), Christian Gálvez (bajo, contrabajo, teclados y guitarra), Lautaro Quevedo (piano Steinway, piano Rhodes, órgano Hammond), Rodrigo Gálvez (batería, percusiones y programación), Rodrigo Vásquez (percusiones).
Invitados: Rossana Saavedra (voz), Sonia da Silva (voz), Felipe Martínez (flauta), Agustín Moya (saxo tenor), Gustavo Bosch (trompeta y fiscorno), Raúl Silvestre (trombón), Jorge Díaz (guitarra), César Sotomayor (violín), Camila Morgado (violín), Sergio Gutiérrez (viola), Allyson Campos (cello).
Producción: Christian Gálvez, Wilsa Szabo y Zeca Barreto.
Duración: 44:03
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