"Tendría que consultar mi cuenta bancaria o mirar el estado del refrigerador", se supone que le contestó Carlos Kleiber (1930 – 2004) a su famoso colega director de orquesta Herbert von Karajan, cuando éste le preguntó por qué dirigía tan poco. Esta anécdota se hizo conocida gracias a la desesperación que consumía a sus admiradores, que desconcertados veían como en el tramo final de su carrera, culminada en 1999, este genio de la batuta subía al podio poco más de 5 veces al año.
Sin embargo, la historia contada por Karajan, anécdotas como haber negociado dirigir un concierto a cambio de un automóvil Audi de 100 mil dólares, su aversión a firmar contratos y el hecho de no haber concedido jamás una entrevista; son meros detalles al ser enfrentados con su particular legado artístico. Sus grabaciones son huellas imborrables, que reconocen hasta sus detractores, a pesar de su repertorio restringido a algunas óperas y obras sinfónicas de un puñado de compositores, entre los cuales Ludwig van Beethoven ocupó un lugar de privilegio, tal como lo había hecho en la carrera de su legendario padre Erich Kleiber.
Dado lo anterior, resulta muy comprensible la expectación suscitada por el rescate de esta grabación en vivo de la Sinfonía Nº 7 en La mayor, Op. 92, de Beethoven, registrada el 3 de mayo de 1982 en Munich y en la que Carlos Kleiber dirige a la Orquesta Estatal Bávara, uno de las agrupaciones con las que mejor se relacionó. Ofrecida en formato de Super Audio CD híbrido, permite que en los lectores de CD "normales" se pueda disfrutar igualmente de la estupenda toma sonora, que brinda una atractiva atmósfera inclusiva y oculta lo suficiente las toses de los desubicados de siempre.
Desde los primeros compases del primer movimiento se anuncia el exquisito juego de contrastes al que asistirá el oyente, en el que tanto sorprenden la cristalina claridad de las líneas melódicas como el manejo de los
crescendi, rotundos, casi exagerados, pero llenos de control, que constituían parte de su sello. Ahí está también su persuasivo trazo, que delinea la obra con una autoridad que hace creer al oyente que no puede ser tocada de otra manera, a pesar de pequeñas excentricidades como que las cuerdas finalizan el célebre
Allegretto en pizzicato en vez de con arco, que es lo que indica la partitura. Este segundo movimiento es abordado con nervio y ligereza, aunque sin llegar al vértigo de George Szell en su grabación de 1959 con la Orquesta de Cleveland. El oyente que busque una visión "sentimental" del
Allegretto tendrá que buscar otras opciones.
Sin embargo, es con los dos movimientos conclusivos que llega lo mejor de esta grabación. Kleiber aborda esta celebración del ritmo en una lectura llena de júbilo, en la que, a pesar de los volcánicos
tempi utilizados, nada se sale de lugar. Es en estos scherzo y finale donde mejor se aprecia la grandeza de este perfeccionista, que hace lucir lo ensayado hasta el cansancio absolutamente espontáneo y vivo. A lo largo de toda la obra, la orquesta entrega una respuesta magnífica, con especial lucimiento de las maderas y de los cornos.
No obstante la escasa duración del disco, los fanáticos de este artista tan reacio a hacer a entregar su genialidad, quedarán maravillados con este registro que supera ampliamente a su grabación en estudio con la Filarmónica de Viena hecha en 1976.
Pablo Arce
Orquesta Estatal Bávara, Carlos Kleiber "Beethoven: Sinfonía Nº 7" (2006, Orfeo).
1. Aplauso. 2. Sinfonía Nº 7 en La mayor, op. 92: I) Poco sostenuto - Vivace. 3. II) Allegretto. 4. III) Presto. 5. IV) Allegro con brio.
Duración: 36’01’’.
Grabación: En vivo, Teatro Nacional de Munich, 3 de mayo de 1982.
Ingeniero de sonido: Michael Grobe.
Remasterización digital: Christoph Stickel. |