"Desde muy lejos he venido, a cantar estas canciones", avanza varias veces el verso que abre el primer álbum de Fernando
Nano Stern, chileno afincado desde hace un par de años en Alemania y que, efectivamente, trabajó esta música entre departamentos y estudios de grabación de Amsterdam y Colonia. Se trata de una advertencia elocuente: en ella el músico confirma que, pese a la distancia, guarda la intención de un canto hacia una patria a la que retorna (aunque sea mentalmente) y a cuyos mejores códigos populares elige rendirles tributo. Sus canciones se anclan en la misma mezcla de desprejuicio, raíz latinoamericana y rigor interpretatitivo que uno viene escuchando en la línea putativa iniciada hace medio siglo por Violeta Parra. Antes de partir a Europa, Stern integró las bandas Matorral y Mecánica Popular, y es probable que nadie de su generación haya logrado hasta ahora cruzar con más prestancia ese puente entre rock y Nueva Canción Chilena que vuelve a interesar a los músicos chilenos jóvenes.
Stern es un guitarrista de técnica excepcional (ahí está la contundencia de los instrumentales "Nananera" y "Orgánica"), pero sobre todo un músico que comprende el valor de la canción como vehículo expresivo, y que no pretende imponer su virtuosismo acumulado por encima de lo que parece un afecto sincero por la melodía forjada en el espacio íntimo y sobrio del trovador. Incluso entre las flautas de "El tiempo nos dirá" o las armonías vocales de "Uno solo" lo que más pesa es la inquietud personal de un cantautor de 21 años que hace avanzar su voz cálida y acaso un poco ingenua sobre asuntos universales: el manejo del tiempo y el dinero, la desconfianza que despierta con la adultez, las impresiones luminosas que puede despertar la paz de un cementerio.
Es sorprendente el brillo del que se ha dotado a la producción de este álbum, una autoedición de atmósfera envolvente y timbres impecables (en la que ha colaborado otro chileno lejano, el ex-Embrujo
Tato Gómez). Pero serían sólo chispas si no emanaran del pozo profundo que es el talento de Stern como compositor. Incluso entre los destacados recientes discos de Gepe, Javiera Mena, Leo Quinteros o Manuel García, no se recuerda este año una mejor canción que la que ha logrado Nano Stern en "Cantaba", un galope de armonías y cuerdas que desde una raíz folclórica se eleva al cielo cómo en esos raptos de inspiración que dejan al auditor apabullado. Puede leerse esto como una exageración, pero es mejor tomarlo como advertencia: con su mayoría de edad recién cumplida, aquí hay un creador chileno que corre con casi irremontable ventaja.
Cristina Hynde
Fernando Stern "Nano Stern" (2006, independiente)
1. Desde muy lejos, 2. Uno solo, 3. No quiero vender, 4. Cementerio, 5. Orgánica, 6. Cantaba, 7. Mucho más alto, 8. Mañanera, 9. El timpo nos dirá.
Nano Stern: voz, guitarra y composición.
Producción: Nano Stern y Tato Gómez.
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