Nacidos como una banda incógnita al alero de una serie de animación para TV, Difuntos Correa tuvieron la fuerza para transformarse en carne y hueso en medio de su primer disco,
Tramposo amor (2003) y para surgir como la versión profesional de ese sonido que ya es un estilo chileno, hecho de rock, ska y sonidos latinos. Su principal característica es la cantidad. No sólo porque sean cuantiosos músicos en escena, ni porque den un cuantioso número de conciertos cada año ni porque el nombre de su segundo disco sea una frase cuantiosa: de hecho es un buen título porque representa en palabras cómo es la música del grupo. Abundante.
La frase
Resucitando la fe en un beso fatal tiene cuatro ideas sucesivas, tal como estas canciones suman secciones de bronces, bloques de guitarras ruidosas, solos de las mismas guitarras y una voz constante, sin contar con que esos solos y cantos a menudo están doblados con segundas voces paralelas. El cantante Andrés Olivos, que bien puede tener la pronunciación mejor definida del rock chileno en estos días, canta, grita, vibra y hace falsete en "¿Para qué?" y apenas se da tiempo de respirar en "El precio", "A la vuelta de la esquina" o "Siempre seguimos el mismo camino", justo las mismas canciones en las que hay trompetas y trombones sobre guitarras distorsionadas. O sea bronce sobre metal. No es rock pesado, y sin embargo es pesado y es rock.
Difuntos Correa cantan una radiografía del hombre moderno en "Depressive love", bajan el pulso en la melódica "El jardín" y se dan cierto respiro acústico en "Campesino", la canción donde toca el bajista de Los Jaivas, Mario Mutis. Porque además Mutis es el productor del disco y al final este disco es también una muestra del influjo de Los Jaivas, una influencia capaz de reflejarse en cosas opuestas, desde los experimentos de un grupo tan lanzado como Tobías Alcayota hasta las muestras de fidelidad del compilado
Homenaje a Los Jaivas (2006). Y no es casual que la de Difuntos Correa fuera una las versiones más respetuosas de ese homenaje. Aquí la misma escuela está desplegada, en la sonoridad del single "Mujer azul" o en el ritmo en tres tiempos de "Beso fatal", que es el mismo de "Sube a nacer conmigo hermano" o de "Pregón para iluminarse".
David Ponce
Difuntos Correa "Resucitando la fe en un beso fatal" (2006, EMI).
1. Mujer azul. 2. Ud! 3. El jardín. 4. ¿Para qué? 5. El precio. 6. A la vuelta de la esquina. 7. Depressive love. 8. Dame un minuto más. 9. Siempre seguimos el mismo camino. 10. Campesino. 11. Beso fatal. 12. Mil veces.
Músicos: Andrés Olivos (voz y guitarra), Sergio Gómez (guitarra y coros), Erasmo Menares (trompeta, flugelhorn, arreglos de bronces), César Fuentes (trombón), Joaquín Valdivieso (saxo), Miguel Rodríguez (bajo), Carlos Gómez (batería).
Invitados: Mario Mutis (bajo), Gustavo Bosch (trompeta).
Producción: Mario Mutis.
Duración: 42’41’’.
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