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The Good, The Bad & The Queen

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Un seguidor medianamente versado en la historia del grupo Blur sabrá de la inquietud de su vocalista, Damon Albarn, por avanzar desde donde está. Desde su posición de emblema de todo lo amable, bello y frívolo con que el mundo asoció al brit-pop —ese "movimiento" de bandas blancas e inglesas que hacia mediados de los años ’90 devolvió a los rankings lo mejor de la tradición pop de su país— hacia terrenos de investigación. Ahí Albarn ha estado sucesivamente interesado en el rock lo-fi de Estados Unidos, el pop experimental de Islandia (mantiene en Reykjavik su segunda casa), el son veterano de Cuba, y la cantautoría y percusión africanas (sobre las cuales construyó incluso un álbum solista, Mali music).

El exitoso grupo Gorillaz lo tiene ocupado desde 1999, pero podría perfectamente olvidársenos pues allí Albarn esconde su rostro en el de 2D, un dibujo animado que marca el liderazgo de la que ha sido la más vendedora "banda virtual" (o sea, de ficción) de la historia. Desde la disolución de Blur, The Good, The Bad & The Queen es la primera banda en la que Albarn asume una función protagónica, visible y de ambición profesional adulta. Y éste es el primer disco de un grupo que, la verdad, no puede sólo considerarse como "la banda del ex Blur", pues militan también allí otros famosos "ex", incluyendo a un fundador de The Clash (el bajista Paul Simonon), el guitarrista de los también exitosos The Verve (Simon Tong), y un baterista nigeriano, Tony Allen, destacado hace décadas en la música africana y colaborador habitual de Fela Kuti.

Se trata, previsiblemente, de música muy peculiar. El álbum se estructura como si fuese una sola reflexión en torno a la vida cotidiana en el Londres actual, y avanza a través de un mismo canal sonoro de innegable desazón. El propio Albarn ha llegado, incluso, a calificar de "obra de teatro de misterio" este conjunto de canciones en tono menor y arreglos medidos (coordinados por el muy prestigiado Danger Mouse), y en cuyos versos (todos de Albarn) se suceden referencias a la invasión de Irak, el calentamiento global, y los crecientes registros de alcoholismo entre sus compatriotas. Ese diagnóstico sombrío se acompaña de música también "bajada" y sin ganchos melódicos reconocibles, quizás como en los momentos más oscuros de Gorillaz (un grupo esencialmente luminoso), y en la que los timbres sorpresivos de teclas electrónicas, pulsos dub o percusiones intervenidas computacionalmente barnizan canciones cuya identidad está dada, precisamente, por su excentricidad. Abajo ya la cortina de esa fiesta irreflexiva que fue el brit-pop, es desde esos márgenes de "rareza" que está saliendo lo mejor de la música inglesa, llámese Radiohead, Bloc Party o Art Brut. The Good, The Bad & The Queen debe insertarse también en ese marco de experimentación pop, que sin liberarse por completo de un molde reconocible gira sus tuercas en función más de proponernos que de agradarnos.

Cristina Hynde

The Good, The Bad & The Queen, "The Good, The Bad & The Queen" (2007, Parlophone/Virgin)

1. History song, 2. 80's life, 3. Northern whale, 4. Kingdom of doom, 5. Herculean, 6. Behind the sun, 7. The bunting song, 8. Nature springs, 9. A soldier's tale, 10. Three changes, 11. Green fields, 12. The Good, the Bad & the Queen.

Integrantes: Damon Albarn (voz y piano), Simon Tong (guitarra), Paul Simonon (bajo), Tony Allen (batería y percusión).

Todas las canciones compuestas por Damon Albarn.

Producción: Danger Mouse.

www.thegoodthebadandthequeen.com

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