El baterista-insignia de la era del hard bop afroamericano tuvo mucho más de afro que de americano. Se llamaba Art Blakey aunque él quiso después que se le conociera como Buhaina, nombre que obtuvo tras uno de sus viajes definitorios al continente negro. Desde ahí regresó a Nueva York cargado de nuevos patrones rítmicos tribales, étnicos y folclóricos que reutilizó en sus quintetos jazzísticos o en experimentos como los demostrados en álbumes como
Orgy in rhythm (1957) y éste maravilloso recuento de tambores de todo tipo en
Drum suite (1957).
Para verlo de otra forma, Art Buhaina Blakey era el demonio de la Tasmania sentado ante una batería. Un salvaje fuera de control, pero con el control de lo que ocurría alrededor en su mano. Es el responsable de consolidar el proyecto de los Jazz Messengers iniciado en 1954 por el pianista Horace Silver, primer cabecilla de la factoría de bopers que luego siguió hasta 1990 el propio Blakey. Pero en este disco, que sí incluye dos formaciones muy tradicionales del quinteto hard bop de los “mensajeros”, todo se inicia con una orgía de ritmo y pulso afro y afrocubano. Es un ensamble de percusiones que pone a dos bateristas en una lucha frontal (Art Blakey y Papa Jo Jones) además de dos sesionsitas latinos que iban por Nueva York con sus sets de congas y bongoes (Sabu Martínez y Candido Camero) y hasta un timbalista “sinfónico” (Specs Wright). La “drum suite” se despliega con todos estos solistas de percusión que teóricamente tendrían que estar detrás de la música, pero aquí son el centro máximo de la atracción.
“The sacrifice” es un ritual africano hipnótico y descollante desarrollado en ensamblajes veloces de contrapuntos, ritmos cruzados y fenomenales demostraciones de brazos fuertes. Y luego las aguas se hacen mansas cuando entra la sección melódica con el pianista Ray Bryant y el contrabajista más musical del bebop, Oscar Pettiford y entonces la agrupación toca con mucho sabor el “Cubano chant”, recordando que esto es una fiesta a la que invitan Sabu y Candido: “¡vamos a bailar el chachacha!”. La suite se cierra con un calypso dedicado por Pettiford a sí mismo: “Oscalypso”. Es la parte de
Drum suite que envuelve en polirritmos y swing como una operación vudú y que antecede a la sesión de club subterráneo del viejo
midtown de Manhattan.
Ahí entran a la cancha dos alineaciones de los Jazz Messengers tal y como las conocimos siempre. Una con Bill Hardman (trompeta) y Jakie McLean (alto) que se muestra muy viva desde “Nica’s tempo” (probablemente dedicada a la baronesa Pannonica de Koenigswarter, la defensora de los bopers de los años ’50). Y otra con Donald Byrd (trompeta) y Ira Sullivan (tenor), que tiene aún mayor espacio para moverse con agilidad sobre las líneas melódicas de los tres temas escritos por Byrd para quinteto. Ahí sigue estando en la batería Blakey o Buhaina, el mismo personaje de dos identidades. La primera para tocar el hard bop como sólo él logro hacerlo con su banda por 36 años sin interrupciones. La segunda para demostrar que el tambor fue el primer instrumento de la historia de la música y que en el jazz seguirá siendo el más importante.
Iñigo Díaz
Art Blakey, “Drum suite” (1957 / 2005, Columbia).
1. The sacrifiece. 2. Cubano chant. 3. Oscalypso. 4. Nica’s tempo. 5. D’S dilemma. 6. Just for Marty. 7. Lil’T (a.k.a. the third). 8. The new message (a.k.a. Little T), take 1. 9. The new message (a.k.a. Little T), take 3.
Músicos: The Art Blakey Percussion Ensemble (1-3): Ray Bryant (piano), Oscar Pettiford (contrabajo), Art Blakey (batería), Jo Jones (batería), Specs Wright (batería, timbales, gong y voz), Candido Camero (congas, bongoes y voz), Sabu Martínez (congas, bongoes y voz).
The Art Blakey Jazz Messengers (4-6): Bill Hardman (trompeta), Jackie McLean (saxo alto), Sam Dockery (piano), Spanky DeBrest (contrabajo), Art Blakey (batería).
The Art Blakey Jazz Messengers (7-9): Donald Byrd (trompeta), Ira Sullivan (saxo tenor y trompeta), Kenny Drew (piano), Wilbur Ware (contrabajo), Art Blakey (batería).
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