SANTIAGO.- "Gabriela Mistral plantea en sus cartas que mientras Yin Yin va a una fiesta, es acorralado por un grupo de negros que lo acosaban y lo obligan a tomar arsénico. Luego llevan el cuerpo a la casa y la saquean. Ese día ella había ido al cine, al volver encuentra una nota de suicidio y al verla dice 'no es la letra de mi niño'. Luego sale corriendo hasta el hospital donde él está agonizando".
Así explica el director Exequiel Tapia uno de los momentos más dramáticos de la obra "Petrópolis o la invención del suicidio", que se estrenará en el Teatro Nacional el próximo 3 de septiembre, y que ahonda en la muerte del sobrino de Gabriela Mistral y en la dicotomía entre la parte pública y privada en la vida de la poetisa.
El montaje, que Tapia ha subtitulado "(Mistral pública y privada)", se centra en los años en que la autora de "Los sonetos de la muerte" fue cónsul de Chile en las ciudades brasileñas de Niteroi (1940) y Petrópolis (1941-1945), y está basado en textos escritos por el dramaturgo Juan Claudio Burgos, chileno radicado en España.
El autor del texto tomó como base lo más conocido de la vida de Mistral, para luego recrear los aspectos privados de ésta, rescatando el perfil menos conocido de la poetisa para desmitificarla. "En la enseñanza de los colegios ella está hecha estatua, la muestran como una especie de santa, y no se sabe que en realidad era muy intensa, aguerrida. La obra muestra cómo la historia te traslada a una imagen pública que no siempre tiene que ver con lo que eres", explica Exequiel Tapia.
Esa Mistral aguerrida y apasionada es la que debe hacer frente a la muerte de Yin Yin —cuyo verdadero nombre era Juan Miguel Godoy—, sin ahondar en la polémica en torno a si realmente era su sobrino o su hijo.
La que sí recogen es la de si la muerte de Yin Yin fue un suicidio o un asesinato, además de las circunstancias que la rodearon. "Él era un cabro que también tenía sus defectos. Mientras vivían en Francia, Mistral se entera de que Yin Yin está siendo parte de una congregación de tinte fascista. Ella se asusta de que su niño pueda transformarse en un fascista y pide al gobierno ser trasladada de consulado. Así llega a Brasil con este niño, a sacarle estas ideas de la cabeza, pero él las mantiene y se pone más amargo y reacio. Entra a un colegio de negros y lo pasa pésimo, empieza a vivir la discriminación", cuenta Tapia.
Así se habría encontrado con la muerte, y Mistral con uno de los hitos que ensombreció su vida. "Ella lo idolatraba, hasta pedía perdón por cometer el pecado de idolatrar a un ser humano, pero lo amaba profundamente", dice el director.
La obra tampoco deja fuera el cambio en la literatura de la poetisa que la muerte de Juan Miguel también trajo consigo, así como el distanciamiento con Chile que habría producido, a causa de las denuncias por asesinato que Mistral habría hecho ante las autoridades y que no encontraron eco.