El Caetano Veloso que tocará este sábado 1 de septiembre en Chile es un nuevo Caetano Veloso. Basta escuchar la canción "Não me arrependo" de su último álbum, Cê, para darse cuenta de que el brasileño está respirando un nuevo aire.
La canción arranca con el clásico acorde rockero de "Walk on the wild side", pero en vez de escuchar a Lou Reed, la guitarra se apaga y aparece su voz: "Yo no me arrepiento de ti / No deberías maldecirme así / Te hice crecer / Tú también me hiciste crecer", dice suavemente. Esa mezcla de rock y nostalgia que tiñe todo el álbum, es un reflejo de la nueva vida del delgadísimo músico bahiano.
Veloso, que acaba de cumplir 65 años, está viviendo solo por primera vez. Se divorció de su segunda esposa, Paula Lavigne -después de 18 años viviendo juntos y de tener dos hijos- y se encerró a componer tras seis años alejado del estudio.
Así surgió este disco visceral, una mezcla de letras románticas -claramente autobiográficas- con un sonido más eléctrico del que estamos acostumbrados a escucharle. Porque para exorcizar la tristeza, Caetano Veloso se volvió rockero. Su mejor antídoto contra la pena fue la guitarra eléctrica y su banda formada por los músicos Pedro Sá (guitarrista), Ricardo Días Gomes (bajo) y Marcelo Callado (batería) con los que tocará en el Teatro Caupolicán.
La explosión Tropicalia
Pero no es la primera vez que el músico coquetea con el rock. Veloso siempre ha sido un rebelde. Hay que recordar que él, uno de los compositores más grandes del siglo según "The New York Times", fue uno de los creadores del tropicalismo. Ese movimiento que formó junto a Gilberto Gil, Gal Costa y su hermana María Bethânia, y que reinventó la música brasileña.
Hasta entonces los artistas sólo tocaban con guitarra española, pero Veloso y compañía -en un acto que sacaba de quicio a los más puristas de la bossa nova y la samba- se subían al escenario premunidos de guitarras eléctricas y mezclaban las raíces brasileñas con la estética de los Beatles y hasta la poesía de los dadaístas franceses.
La idea era provocar desde distintas áreas de la cultura. Caetano lo hacía con sus canciones, con ritmos que mezclaban reggae, fado, tango, rap y rock, y letras en las que ironizaba sobre la sociedad norteamericana diciendo que le gustaba la Coca-Cola.
"El rock fue uno de los aspectos más escandalosos del tropicalismo y desde entonces, nunca dejé de tenerlo como referencia", dice el músico desde República Dominicana, donde está de gira. Su disco Cê está inspirado en grupos como Pixies o Sex Pistols. Y él conoce bien esa movida punk-rock.
En 1969 se fue exiliado a Londres junto a Gilberto Gil y allí se nutrió de la escena musical londinense de los '70 y de las comunidades hippies de Notting Hill. "Pero mi gusto por el rock es anterior. Viene de mi interés por la cultura de masas americana en los '60".
-En Cê hay canciones sobre la pérdida de la pareja. ¿Es éste su disco más autobiográfico?
-Todas mis canciones son autobiográficas: hasta las que no lo son, lo son. En Cê está el tema de la separación porque yo me divorcié de mi segunda mujer, con quien viví 18 años. Pero aparte de "Não me arrependo" y "Minhas lágrimas", las otras no son directamente documentales.
-Está viviendo solo por primera vez, ¿cómo ha sido?
-Apenas comencé a vivir solo, empecé el trabajo con Cê, así es que no veo que tenga más tiempo libre. Eso depende más de si estás de gira o en el estudio grabando, y ahora estoy viajando.
-¿Cómo es un día en su nueva vida? ¿Pinta? ¿Hace yoga?
-No pinto desde el fin de la adolescencia y no hago yoga. Me gusta ver a mis hijos y conversar con mis amigos. Voy al cine y leo muchos libros a la vez.
-Seguramente de noche porque tengo entendido que sufre de insomnio.
-Sí. Es verdad. Y eso limita mis acciones. No puedo planear lo que haré al día siguiente porque no sé a qué hora lograré dormir. No tomo hipnóticos (no me hacen dormir), pero sí ansiolíticos. Aún así, lo hago en pequeñs dosis y sólo cuando voy acostarme.
-Y hablando de eso, en la época del tropicalismo ¿tuvo mucho de amor libre, drogas y rock and roll?
-Las drogas nunca me interesaron, pero sí el rock and roll y el amor libre. En el tropicalismo yo estaba recién casado con mi primera mujer y casi toda la energía del grupo de músicos y cantantes bahianos que colaboraban con Os Mutantes era canalizada para la creación de un nuevo paradigma crítico y estético para la música brasileña.
-¿Qué recuerdos tiene de haber crecido junto a María Bethânia?
-Bethânia es cuatro años menor que yo. Cuando ella nació yo le puse el nombre. Hay una película documental en que ella dice que yo le enseñé todo. Pero la verdad es que ella, de niña, me daba lecciones sobre la vida. Es un lujo tener una hermana así.
-Usted es amigo de Pedro Almodóvar y de otras personalidades. ¿Le acomoda moverse en el mundo de las estrellas?
-Bueno, para mí es un placer ser amigo de Pedro. Conocí y conozco algunas personalidades muy importantes del mundo. Antonioni era mi amigo. Pina Bausch es mi amiga. Barishnikof es alguien que me invita para que vea sus espectáculos. Pero no son estrellas, son grandes artistas.
-Se está haciendo un disco tributo a Lucho Gatica ¿va a participar en él?
-Bethânia me dijo que estuvo con él en Santiago y que él le dijo algo. Ella estaba muy emocionada de haber hablado con él. Nosotros adorábamos oír sus discos, sobre todo aquél que hizo solo con un guitarrista. Sería un honor participar de un álbum tributo a Lucho.
El recital
1 de septiembre. 21 horas. Teatro Caupolicán. Entradas desde $14.000 a $45.000 por sistema Ticketmaster. www.ticketmaster.cl