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El último grande de los festivales del verano europeo

Dieciocho grupos, tres días y un relato pormenorizado. Así sonaron y se vieron The Killers, Tool, Kaiser Chiefs, NIN, Chris Cornell, Sonic Youth, Interpol y Lacuna Coil en este festival holandés realizado entre el 17 y el 19 de agosto.

30 de Agosto de 2007 | 14:54 |

Llueve torrencialmente mientras esperamos a campo descubierto los buses que nos llevarán a Lowlands, uno de los festivales de música alternativa más grandes de Europa. A mi lado se encuentran Tracy y Mao, una pareja de ingleses que conocimos en el tren de Ámsterdam a Lelystad, la ciudad en que nos encontramos en esta mañana del día viernes 17 de agosto. No son los únicos extranjeros ni tampoco el único matrimonio de mediana edad que decidió dejar en casa a los hijos para ir a este festival, cuya fama ha traspasado las fronteras holandesas por su amplia oferta musical. 

"Yo quiero ver a Basement Jaxx, Editors, Kaiser Chiefs y Lilly Allen", dice Tracy. Lo cierto es que Allen, la cantante británica que se hizo famoso promocionando su música a través del sitio MySpace de Internet, ya había suspendido su actuación unos días antes producto de una infección a la garganta. Eso, desde luego, no aguó los ánimos de la inglesa ni de nadie de los que estábamos ahí mojándonos bajo la lluvia, pues con tantos artistas programados resulta hasta difícil decidir qué ver.

Llegamos pasado el medio día y a esa hora ya no queda ningún sitio disponible en los campings más cercanos al terreno del festival. No nos queda otra que caminar y cruzar un puente bastante alto para llegar al único camping que aún tiene unos espacios libres. Ya no llueve y por suerte podemos armar nuestras carpas a un costado del camino. Por el ruido, no es lo más práctico, pero en este tipo de eventos en general es poco lo que se puede dormir y descansar.

Rock, brillos y un supergrupo

A esas alturas ya empiezan a sonar los primeros acordes en las siete carpas gigantes que albergarán a los artistas. Cada carpa está consignada a un estilo musical particular, y tras finalizados los conciertos llegarán los DJs a animar las fiestas nocturnas. Además de eso hay dos pantallas grandes para proyectar películas y numerosos espacios pequeños para obras teatrales, humoristas, debates de actualidad, entrevistas con escritores y exposiciones audiovisuales.

The Editors, conjunto británico de indie rock, ya comenzó a tocar. Alcanzamos a escuchar un poco del material de su segundo álbum, An end has a start. Posteriormente vemos a The Eagles Of Death Metal, el grupo paralelo de, que de metalero no tiene nada, como ya sabemos. "Están listos para rock’n roll?", pregunta Jesse Hughes. Hace rato que lo estamos, pero los hits "Cherry Cola" y "I want you so hard" no logran subir mucho los ánimos.
 
La llamada súper banda del momento, The Good, The Bad and The Queen, formada por Damon Albarn (ex cantante de Blur), Paul Simonon (bajista de los desaparecidos The Clash), el guitarrista Simon Tong (The Verve) y el baterista Tony Allen (Fela Kuti), presenta de manera íntegra su disco debut homónimo. En un ambiente a media luz, con sombreros de copa y acompañados por un trío de cuerdas ofrecen un concierto íntimo y con un aire casi barroco.

The Killers son los encargados de cerrar esta primera jornada y lo hacen con mucho ruido, luces y brillos. No se puede esperar menos de un grupo proveniente de Las Vegas. Especialmente el cantante Brandon Flowers, vestido de dorado, da muestras de su gran capacidad vocal y se roba la película. El inicio es con "Sam’s town", luego vienen "Enterlude", "When you were young", "Smile like you mean it", "Jenny was a friend of mine", "Mr. Brightside" y "Somebody told me".
 
Chris Cornell y Kaiser Chiefs, puntos altos
 
Para aquellos que despiertan con energías, la mañana del sábado ofrece saltar al ritmo del jumpstyle, el baile que está haciendo furor en Europa. Los que prefieren empezar el día de manera más tranquila pueden ir a escuchar a la orquesta Metropole tocar temas de videojuegos como Super Mario BROS, Metal Gear Solid 2 y World of Warcraft, entre otros. Floor Janssen, cantante de la banda holandesa de metal gótico Alter Forever, participa interpretando "Sound of wind" del juego Final Fantasy, y el grupo de Janssen se presenta horas mas tarde con bastante éxito en el mismo escenario.
 
Entre las actuaciones interesantes del día se puede mencionar a M.I.A. (Missing In Action) nombre artístico de Mathangi "Maya" Arulpragasam, una rapera/productora nacida en Inglaterra y criada en Sri Lanka. Esta hija de un ex activista de los Tigres Tamil ha causado controversia con el tema "PLO", sobre la Organización para a Libertación da Palestina, a tal punto que incluso fue prohibido en los Estados Unidos. Y, a diferencia de The Eagles Of Death Metal, el hard rock de los noruegos de Turbonegro sí divierte. No sólo por el look Village People de los integrantes o por temas como "I got erection", sino porque simplemente tiene canciones mejor estructurados y con mayor potencia. 
 
Chris Cornell es, sin duda, uno de los puntos altos de Lowlands. El ex cantante de Audioslave y Soundgarden, quien acaba de lanzar su segundo álbum como solista (Carry on), demuestra que su capacidad vocal no ha disminuido y sigue vigente. Humilde y cálido, Cornell ofrece un repertorio que incluye grandes éxitos de su carrera como "Outshined", "Black hole sun", "Show me how to live", "Be yourself", "Spoonman", "Hungry strike" y "You know my name", tema perteneciente al soundtrack de la última película de James Bond, Casino Royal. Además de un sentido cover acústico de "Billie Jean", de Michael Jackson, que pone los pelos de punta.
 
Originarios de Nueva York, Interpol se han posicionado como una de las bandas más importantes del actual movimiento indie rock. Impasibles, presentan un setlist en el que destaca "Slow hands", el gran hit de las discotecas alternativas de Holanda que por supuesto causa furor. Pero el plato fuerte del festival son Kaiser Chiefs, quienes ofrecen el último recital del sábado. Miles de seguidores se acumulan para verlos en la carpa gigante y en un pequeño cerro al costado del recinto. Impresiona ver la cantidad de seguidores de esta banda británica popularizada hace tan sólo dos años.


Ello se debe a que tanto su primer disco, Employment, como el segundo, Yours truly, angry mob, éxito de ventas por estos lados. La apertura con "Everyday I love you less and less" marca el ritmo frenético que el grupo mantendrá durante todo el concierto. Ricky Wilson no se caracteriza por ser un gran cantante, pero eso en medio de tanto frenesí no se nota. No para de saltar y moverse. ¡Qué energía! El público tampoco puede dejar de bailar y corear cada una de las canciones: "I predict a riot", "Ruby", "Oh my God" y tantos otros. Así termina otro día de festival con sobredosis de adrenalina.
 
Tool y un final espectacular
 
Domingo al mediodía y los Italianos de Lacuna Coil tocan por primera vez en Lowlands, nada menos que en el escenario principal. Hay bastante público interesado en ver al grupo liderado por la atractiva Cristina Scabbia, quien con su potente voz marca el particular sonido de este conjunto de metal alternativo con toques góticos y árabes. En poco más de 45 minutos presentan un repertorio cargado al último álbum, incluyendo el cover de Depeche Mode "Enjoy the silence".
 
En otro escenario se prepara CocoRosie, una de las actuaciones más comentadas por la prensa local. El denominado freak folk que realiza el dúo formado por dos hermanas de origen cherokee, Sierra (Rosie) y Bianca (Coco), mezcla hip-hop, jazz y ópera con samples de sonidos infantiles y naturales. Luego, Basement Jaxx promete otra fiesta tipo Kaiser Chiefs, pero al mismo tiempo toca Nine Inch Nails, una actuación imperdible. En un comienzo tres laptops bastan para hacer sonar los primeros temas de su reciente álbum, Year zero. Hasta que suena "Survivalism", momento en que aparecen las guitarras y el resto del grupo. Bastantes canciones nuevas, pero también clásicos como "March of the pigs", "Dead souls" y "The Hand that feed". Nos quedamos con gusto a poco.

Cada año se presenta en este festival una leyenda del rock, y así como en 2006 estuvieron Iggy & The Stooges, esta vez es Motörhead el encargado de revivir sonidos del pasado y, por qué no decirlo, entretener a los más viejos. Conciente de la situación, el bajista y cantante Lemmy Kilmister incluso señala "esta canción es de 1983, antes de que ustedes nacieran". Como sea, miles de personas repletaron el recinto para escuchar el estruendoso sonido de estos metaleros de la vieja escuela.
 
No sucedió lo mismo con Sonic Youth. Poca gente fue a ver a la agrupación de noise experimental que se hizo famosa con discos como EVOL (1986), Sister (1987) y Daydream nation (1988), pese a tocar un repertorio con temas cortos y digeribles. La gente sí llegó en masa para asistir al recital ofrecido por el colectivo canadiense Arcade Fire. Las críticas positivas y su exitosa presentación en el 2006 avalaron al conjunto liderado por el matrimonio de Win Butler y la multiinstrumentista Régine Chassagne. Junto a otros siete músicos se apropiaron del escenario para entregar un sonido sobrecargado por la gran cantidad de instrumentos musicales. La interpretación masiva de "Wake up" da la sensación de estar en un encuentro evangélico más que en un concierto de rock. No por nada su último disco se llama Neon bible.
 
El final con Tool promete estar espectacular, eso si los anunciados problemas vocales del cantante Maynard James Keenan han disminuido y no afectan su desempeño artístico. Se apagan las luces y seis pantallas gigantes detrás del escenario y al lado proyectan videos del guitarrista y artista visual Adam Jones. Las luces iluminan a Jones, al bajista Justin Chancellor y al baterista Danny Carey. "Vicarious", el single del disco 10,000 Days (2006) empieza a sonar. Al fondo en las sombras se ve la silueta de Keenan, como una figura más dentro del concepto audiovisual. "Forty six & 2", "Eulogy" y "Sober" son algunos de los temas con que nos deleitan. La voz de Keenan no parece tener mayores complicaciones y suena igual de bien que siempre. El sonido, las luces y los rayos láser, todo es espectacular. No podía haber un final mejor para un festival de tanta variedad y calidad musical.

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