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Rock por el medio ambiente

La banda valdiviana llega a presentar por primera vez en Santiago su disco Ciudad de papel, inspirado en la tragedia ecológica del Río Cruces. Tocan este domingo en la Sala SCD del mall Plaza Vespucio.

01 de Septiembre de 2007 | 15:45 |
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La Desoorden presenta su disco en la Sala SCD Plaza Vespucio (293 6136) a las 18.00 horas de este domingo.

Foto: sitio oficial.

Cada uno sube al escenario caracterizado como un pájaro de la fauna silvestre chilena. El cantante es la garza cuca. El guitarrista es el huairavo. El bajista encarna al martín pescador, el saxofonista al huairavillo, el baterista al sietecolores y el trompetista a la garza grande. Es parte de la puesta en escena con que el grupo de rock valdiviano La Desooorden presenta en vivo su nuevo disco, Ciudad de papel (2007), como lo hará este domingo a las seis de la tarde en la Sala SCD del mall Plaza Vespucio en la capital.

Música, letras, imagen, escenografía y vestuario están puestos al servicio de un asunto literalmente cercano para estos músicos de Valdivia: Ciudad de papel es un llamado de atención sobre la tragedia ambiental ocasionada en 2004 a raíz de los residuos descargados por la planta de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) sobre el valdiviano Río Cruces, recordada por la mortandad de miles de cisnes de cuello negro (Cygnus melanocoryphus) registrada en el santuario de la naturaleza Carlos Anwandter.

"Será una presentación íntegra del disco, con las canciones y los audios en el mismo orden, para darle un carácter conceptual", explica el baterista Rodrigo González, que integra La Desooorden junto a Fernando Altamirano (voz), Karsten Contreras (voz), Alfonso Banda (guitarra), Peter Pfeiffer (saxos) y Francisco Martín (bajo y piano), además de Benjamín Ruz (violín) y Henry Véliz (trompeta). En efecto, además de las canciones de rock progresivo del grupo, el disco incluye grabaciones de pájaros de la zona y diálogos de un futuro documental sobre el tema, realizado por la productora valdiviana Jirafa.

"Es un documental sobre la contaminación de la planta y la repercusión que ha tenido en el medio ambiente", dice el baterista. "Empezaron a hacerlo hace casi dos años y nos incluyeron en el proceso, pero nos adelantamos un poco y sacamos el disco antes".


–¿Qué efectos ha tenido el disco desde que lo editaron?
"Llevamos sólo unos meses, pero en general al público, sobre todo a la gente de Valdiva y Puerto Montt, les llega mucho el tema. En Valdivia eran miles de cisnes los que se veían al llegar en el río Cruces, hasta que empezaron a desaparecer las aves. Eso fue un llamado de atención para todos. Y la gente la gente lo la interpretado bien".

–¿Cómo perciben esa reacción?
"En la página web que tenemos la gente interviene bastante y manda mucho correo, y también se acercan mucho en los conciertos. En las autoridades no se ha notado tanto. Yo sé que los ejecutivos de la celulosa que están en Valdivia saben que existe el disco y no les parece muy bien, pero en general es complicado hacer un llamado de atención sobre estas cosas".

La contingencia en torno al tema no se ha detenido en ese caso. En los mismos días en que era editado Ciudad de papel, en junio de este año otra de las plantas de la misma empresa forestal ocasionó un nuevo derrame de desechos tóxicos, esta vez sobre el río Mataquito, en la VII Región. "Siento que aparte de Chile éste es un tema que está saliendo en otro lugares", agrega el músico. "En Uruguay y en Argentina tienen problemas similares en el río Uruguay y mucha gente se ve afectada".

La Desooorden suma ya trece años desde los inicios del grupo, formado en 1994 por un conjunto de estudiantes de la Universidad Austral de Valdivia. Cuatro discos han editado hasta la fecha: Monstruo de 7 cabezas (2001), Ensayo (2003), La isla de los muertos (2004) y Ciudad de papel (2007), y en la segunda parte de su concierto de este domingo también harán un repaso por esa historia.

"El primer disco tenía otra formación de integrantes y en esa época hacíamos lo que llamábamos un rock pop inteligente, tal vez era bien melódico pero con hartos cambios rítmicos", recuerda Rodrigo González. "Cuando cambiaron el vocalista y el guitarrista la banda se notó más rockera y funketera. Y a partir del tercer disco tomó un carácter conceptual, que ha gustado mucho sobre todo al público más habituado al rock progresivo. Con La isla de los muertos hemos empezado a vender discos también en Europa".

–¿De qué se trata ese disco?
"Fue una idea que nos dieron en Chiloé, también a partir de una historia real, la matanza de doscientos trabajadores de una empresa maderera que ocurrió en 1906, un año antes de la Escuela Santa María de Iquique, pero que es menos conocida. Ese disco es una musicalización de los poemas de un poeta chilote, Manuel Zúñiga, sobre esa isla, cerca de Tortén, un pueblo de pescadores que consiste en puras pasarelas, en uno de los brazos del río Baker".

–¿Cómo han visto la evolución del grupo en estos trece años?
"Nos conocimos en la Universidad Austral, todos éramos estudiantes, pero seguimos tocando y dando al grupo un carácter profesional. Es difícil hacerlo y vivir de la música, en un grupo tan consolidado como Congreso son todos profesores, tienen que trabajar además en eso, pero en la zona sur ya nos reconocen como una banda que tiene una buena puesta en escena y una trayectoria".

–En Valdivia hay una Asociación de Músicos de Rock. ¿Es más organizada la comunidad musical en esa ciudad?
"En general la Universidad influye mucho en el asunto. Hay varias escuelas de música además, hay conciertos todas las semanas, tienes agenda no sólo de música: poesía, escultura, pintura, está el festival de jazz, el festival de cine. Además existe la Asociación de Músicos Santa Cecilia y la Asociación de Músicos de Rock de Valdivia, de la que también somos parte, y que no sólo tiene a músicos de rock, sino también de vanguardia, de blues… Valdivia es una ciudad cultural".

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