Música de salón, para nada: Nouvelle Vague actúa el viernes 7 en Valparaíso y el sábado 8 en Santiago.
Foto: sitio oficial.Eran demasiadas coincidencias para dejarlas pasar. El músico francés Marc Collin creció oyendo a grupos como Buzzcocks, Echo & the Bunnymen, XTC, Killing Joke, Modern English, The Undertones, PiL o Sisters of Mercy, pertenecientes al movimiento que en los '80 recibió el nombre de new wave, que significa "nueva ola". Formó un grupo y grabó un disco de canciones de esa época en arreglos de bossa nova, género musical brasileño que significa "cosa nueva". Y llamó a ese grupo Nouvelle Vague, tal como el movimiento cinematográfico francés de los años '60, que a su vez significa "nueva ola".
Ése es el grupo que este fin de semana debuta en Chile, con dos nuevas fechas del ciclo Eima (Encuentro Internacional de Música Actual), temporada que este año ha incluido visitas de músicos franceses como Yann Tiersen y Adanowsky. Nouvelle Vague tocará el viernes 7 en el Aula Magna de la Universidad de Valparaíso y el sábado 8 en el Centro Cultural Montercarmelo de la capital. Mélanie Pain y Phoebe Killdeer (voces), Marc Collin (piano), Olivier Libaux (guitarra) y Raphael Chassin (batería) presentarán parte de sus dos discos, Nouvelle Vague (2004) y Bande à part (2006), que consisten en nuevos arreglos para grupos como The Cure, Blondie y Depeche Mode, entre muchos otros.
-Elegimos cosas de los dos para tocar -explica Phoebe durante su primera mañana en Santiago-. Es necesario tener un equilibrio entre la energía en vivo y el disco. Hemos reinventado algunas cosas para el concierto, que es más un entretenimiento. La gente cuando viene a ver a Nouvelle Vague a veces espera una cosa un poco lounge (de salón) y de hecho no es así para nada. Tomamos las canciones más fuertes.
-¿Como cuáles?
-"Too drunk to fuck" (de la señera banda punk estadounidense Dead Kennedys). Es una canción que nos ha seguido mucho, y con ella puedes de verdad bailar, mover a la gente, hay una interacción. O "Guns of Brixton" (de otra banda punk, los ingleses The Clash), que es también de las favoritas.
-En esta gira irán por segunda vez a Brasil, el lugar donde inventaron la bossa nova…
-Sí, estoy un poco nerviosa -sonríe-, aunque no tocamos la verdadera bossa nova, es más bien una influencia latina en nuestra música. Pero en general donde vamos tenemos reacciones positivas, la gente conoce las canciones…
-¿También se trata de jugar a tratar de reconocerlas, porque son arreglos tan distintos?
-Sí, completamente. Cuando empezamos mi primera gira, en Inglaterra, que era importante porque la raíz del grupo viene de ahí, había unos viejos punks adelante, en primera fila, y yo escuchaba cómo decían "No, no es tal canción, no es posible". Y estaban tratando de adivinar. Para nosotros es divertido, porque no necesariamente conocemos las canciones originales.
-¿Ah no? ¿No escuchan las versiones originales?
-Sí, sí: ahora. Pero salvo Marc (Collin), las cosas que escuchamos mientras crecíamos son distintas. Para ellos (el público) es su infancia, sus momentos de libertad, de alegría. Para nosotros son buenas canciones, para ellos es su vida.
-¿De hecho qué escuchabas tú cuando eras niña?
-Les Rita Mitsouko. Adoraba a Tom Waits, pero bueno, en eso era un poco diferente. También está Madonna, por ejemplo, cosas como esas, porque era el momento. Pero Nouvelle Vague ha sido un súper descubrimiento. Yo no conocía mucho, apenas Blondie, cosas así, y esto me ha abierto todo esa visión.
-¿Y qué te parece esta música cuando escuchas las versiones originales?
-Me encanta la energía en la voz, en la interpretación, cuando cantan en vivo, lo que puedes ver en los videos. Tengo la impresión de que hemos perdido un poco eso.
-¿Sientes que hay cierto desprecio por la música de los años '80?
-Sí, y pienso que es porque la gente tiende a compararlo con los años '70, o '60, con el nivel de musicalidad increíble que había. Pero para mí se transformó, evolucionó, cambió a un nuevo estilo, nacieron los sintetizadores, ya no era necesariamente la guitarra eléctrica. Era más quitar que poner. Y creo que era necesario.
-Los dos discos de Nouvelle Vague son, a grandes rasgos, de bossa nova y reggae. ¿Hay algo que los conecta?
-Es el sonido de Marc. Tiene su sello, en la reverberación que usa en la voz, por ejemplo. Son cosas que crean una burbuja de Nouvelle Vague, el mundo de Nouvelle Vague. Después el globo se desplaza, pero mantiene el mismo feeling.
-¿Nunca va a cambiar la fuente, siempre será la new wave o el post-punk? ¿O alguna vez grabarán éxitos del funk o el soul de los '60, por ejemplo?
-No. De hecho el proyecto en sí mismo, que quiere decir new wave, y quiere decir bossa nova, está realmente dedicado a esa era, a los años ’80.
-¿No existe el riesgo de que reinventar estas canciones se vuelva una fórmula?
-La idea es tal vez fácil de pensar, pero la realización en el estudio, la elección del instrumento y de la voz adecuada no creo que sea tan fácil. Muy rápidamente podría volverse vulgar y sin buen gusto, pero es el equilibrio el que lo define.
-¿Han tenido respuesta de los grupos o autores de las canciones originales?
-Sí. A Mick Jones (el cantante y guitarrista) de The Clash, le gustó mucho. También al cantante de (la banda de ska inglesa) The Specials, con quienes nos encontramos en Seattle. Nos encontramos con muchos de ellos cuando estamos de gira. Y lo bueno de estas versiones es que las originales del punk están más basadas en la energía o la agresividad, pero aquí las melodías y las letras tienen otro valor. Da una nueva dimensión. Es como si te enamoraras de la canción pero en otro sentido.