Hijo de las Ramblas: VanBuda en Barcelona, desde donde acaba de regresar a Chile. Toca este viernes a las 21 horas en la Sala SCD Plaza Vespucio.
Foto: Rodrigo Miranda."Joder, onda… cachai", enumera al pasar VanBuda y en tres palabras deja prensada cuál es su doble ciudadanía. Entre acento y modismos binacionales se entiende a este rapero, nacido en España e hijo de chilenos, que tras una estada en ese país ha vuelto este año a Santiago, el lugar donde se inició en la música como parte de la generación de hip-hop de la que también surgió Makiza a fines de los años '90.
VanBuda es el hombre que abrió el concierto de la española Mala Rodríguez la semana pasada en el capitalino Teatro Caupolicán. Y, atrás en la historia, es el mismo que al volver de España, donde sus padres vivieron el exilio durante la dictadura, integró entre 1998 y 1999 los grupos Orden de los Nueve Ojos y ZicutaEjecuta, y que puso su voz grave en la canción "La saga", del álbum debut de Makiza, Aerolíneas Makiza (1999), antes de iniciarse en propiedad como VanBuda con su disco Polémico (2003).
En gran parte son canciones de ese disco, además de un par de adelantos inéditos, lo que va a tocar este viernes 14 junto a DJ Caso en la Sala SCD del centro comercial Plaza Vespucio, comuna de La Florida. Y es casi una tarea pendiente, porque apenas meses después de editado ese álbum, a mediados de 2004 VanBuda partió de vuelta a la Barcelona donde vivió su infancia y adolescencia. "Fue muy rápido", recuerda. "Ya llevaba como ocho años aquí y necesitaba salir".
-¿Casi no alcanzaste a mostrar tu disco esa vez?
-Sí, también me quedé con esa sensación, me di cuenta de que había dejado el disco colgado. Para mí fue un poco como parir, me imagino que cuando las mujeres paren luego se quedan tranquilas. Pero por otro lado siento que lo dejé antes de tiempo, que el disco se crió solo.
-¿No fuiste un buen padre?
-No, lo dejé botado. Ahora vengo a darle mi apellido -sonríe-. La idea mía fue ver qué pasaba con el disco afuera, y tampoco puedes estar en dos partes. Pero tocamos (en Chile) un año, un año y medio antes de que saliera, la gente interesada se lo compró y luego por Internet se ha difundido. De todas formas no me arrepiento para nada, hice muchas cosas, contactos.
Barcelona, Gerona y el pequeño poblado de L-Escala, casi limítrofe con Francia, fueron algunos de los destinos de VanBuda, que volvió a sus barrios natales barceloneses. "Como viví allí hasta los dieciocho, diecinueve años, para mí fue fuerte llegar en otra parada, más adulto, que cuando crecí allí y era casi todo demasiado precario, con apenas un micrófono y un computador para grabar".
-¿Qué efecto tuvo tu regreso a España?
-Fue muy imprevisto, desde encontrame con compañeros de colegio en una cena hasta conocer a Make-D, de Eat Meat (uno de los grupos percursores del hip-hop español desde mediados de los '90) y hacerme amigo de él. Empecé en el rap escuchando a este loco y ahora puedo estar trabajando con él para el nuevo disco.
-¿Te dedicaste a tocar?
-A las dos semanas de llegar estaba tocando en un concierto con Rocca, Tres Coronas -dice, en alusión al rapero franco-colombiano y al popular grupo de rap español-. Desde ahí pasé a Barcelona en varios sitios, en festivales de drum and bass, de hip-hop. Mi pensamiento era dar a conocer el disco y ver qué pasaba con él.
-¿Y cómo lo recibió el público?
-El público es rapero, pero se escuchan cosas diferentes, está mentalmente más abierto a la música, no te tilda de si eres así o asá. Es lo que hace un poco falta acá. Allá la mayoría de mis vecinos eran latinos: dominicanos y jamaicanos. Toda esa mezcla es un poco mi barrio, el Rabal, el Barrio Chino, tienen esa conjunción de raíces y de cultura ahí mismo. Volver a eso es lo que andaba buscando.
-¿Eso va a influir en tus canciones nuevas?
-Yo creo que sí, pero incluso antes de entrar en el rap, cuando era chico, de doce o trece, estaba metido en el dance hall (mezcla de hip-hop y reggae incubada en Jamaica, que es una de las raíces del actual reggaetón). Cuando llegué a Chile me pasé al rap, que me gusta más, pero ya en ZicutaEjecuta, en un disco chileno de hip-hop del año 99, está uno de los primeros temas de reggaetón en Chile. No es una moda para mí. En el Polémico también, hay mucho dance hall, mucha plena panameña, mucho reggae lento. Fue un poco adelantarse en unos tres años.
-¿Y cómo es lo que estás haciendo ahora?
-Es mucho rap duro, como siempre, con canciones hardcore, más realistas, con más de lo que pasa en la calle. Y está el dance hall, directo para la pista, para las minas.
-¿Para los hombres no?
-Para los hombres también, pero los tipos son más los que se ponen a un lado del escenario y te miran feo. Y las mujeres se ponen a bailar. A ellas les da lo mismo.
-Hace una semana tocaste con Mala Rodríguez. ¿Qué te parece la popularidad del rap español en el último tiempo en Chile?
-A mí me causa un poco de gracia porque, sin querer hacerme la víctima, siempre he sufrido (en Chile) un poco eso de que "yo no te escucho porque suenas como español". Ahora no me importa, pero sí que me acuerdo de haber escuchado las palabras ésas. Y veo ahora a varias gentes que se han criado acá y que, por un disco de SFDK, están rapeando como si fueran de villa. Y a ellos no les dicen nada. Para mí es chistoso.
Hip-hop, dance hall y reggaetón son ingredientes actuales que VanBuda mezcla sin prejuicios. "Es que yo no soy como la mayoría de los raperos que odian al reggaetón", define. "Entre las tantas ramas del hip-hop, aunque no figure en los libros, para mí el reggaetón es una de ellas. Es música negra. Sí hay gente que por no saber cree que lo único que hay es un disco de Reggeton Boys, donde todos los temas son de Don Omar, de Wisin & Yandel. Pero hay gente chilena que está haciendo lo mismo, y mejor".