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El mundo recuerda a María Callas a 30 años de su muerte

La soprano de origen griego falleció en París el 16 de septiembre de 1977.

14 de Septiembre de 2007 | 14:34 | DPA
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María Callas, la diva absoluta de la lírica del siglo XX.

El Mercurio

BERLIN.- Es una historia de triunfos, excesos y tragedias: Maria Callas, a la que sus contemporáneos llamaron "la divina", degustó y sufrió como ninguna otra cantante del siglo XX las mieles y la miseria de la fama.

La "primadonna assoluta" provocó sublimación y euforia. El próximo 16 de septiembre se cumplen 30 años de su muerte en 1977, pero Maria Callas sigue imbatible, la diva de la ópera número uno, admirada y compadecida al mismo tiempo.

La Callas-manía continúa. Con motivo del aniversario de su muerte se están publicando decenas de DVDs y CDs. Se pondrá a la venta una edición especial con 70 discos (EMI) que documentan la carrera de la cantante, en otra se pueden escuchar sus primeros años.

La pre-diva y el repeso

El libro de cocina "Maria Callas - La Divina in Cuccina" reúne las recetas favoritas de la cantante, nacida en 1923 en Nueva York en el seno de una familia griega. De pequeña era gorda y por temor a no poder subirse a un escenario perdió más tarde casi 40 kilos.

Pero no todos tienen un concepto tan elevado de ella. Las estrellas del bel canto rechazan cualquier comparación con la soprano de forma enérgica. Quien afirma algo así no tiene ninguna cultura general, afirma irritada Angela Gheorghiu. Anna Netrebko secunda: "El mayor elogio que se me puede hacer no es una comparación con Maria Callas, sino una sencilla frase: ’Ella canta inconfundiblemente como Anna Netrebko’".

Los inicios de Callas lejos estuvieron de ser glamurosos. "Ridículo", que una niña así quiera cantar, fue lo que dijo su primera profesora Maria Trivella, en 1937 en Atenas. Pero cuando la oyó cantar se quedó muda. "El timbre de voz era cálido, lírico, intenso". Era como una "llama, titilaba e iluminaba", el aire "se llenaba con la melódica vibración de una campana".

De Kalogeropoulou a Callas

Entonces todavía se llamaba Maria Anna Sofia Cecilia Kalogeropoulou y se sentía como un "patito feo", siempre en desventaja frente a su hermana, coaccionada por una madre ambiciosa que se había separado de su padre y había regresado a su Grecia natal con sus hijas.

Su primer gran éxito lo consiguió Callas en 1947, en la Arena de Verona, con "La Gioconda", de Ponchielli. Conoció entonces al empresario Giovanni Battista Meneghini, con quien se casó en 1949. Meneghini lo dejó todo y fue su principal impulsor. El salto definitivo llegó cuatro años después en México. Su "Aida" de Verdi generó una oleada de entusiasmo.

María La Única

"Maria Callas reavivó el bel canto", dijo la mezzosoprano Cecilia Bartoli. "Abrió una nueva puerta para nosotros, para todos los cantantes del mundo", recordó Montserrat Caballé. Y es verdad que Callas abrió un nuevo repertorio cuando las óperas de Donizetti, Bellini y Rossini habían desaparecido de las programaciones.

Al inicio de la segunda temporada en 1952 de la Scala de Milán, reinó como Lady Macbeth. La siguiente temporada comenzó siendo Medea bajo la dirección de Leonard Bernstein, que la calificó de "la cantante más grande del mundo".

Su voz era "reconocible de inmediato", aseguró el productor discográfico Walter Legge al apuntar el secreto de su éxito. No obstante, Callas afirmó: "Mi voz molesta a la gente". La voz de Callas, que podía alcanzar más de dos octavas, se componía de diversos registros musicales. "Fantástica", aseguró hasta la mismísima Renata Tebaldi, su principal rival.

Pero Maria Callas no sólo fue objeto de titulares por sus dotes artísticas. La prensa de todo el mundo informaba de sus cancelaciones, sus curas de adelgazamiento y sus rencillas con colegas.

Onassis, la caída y el desenlace

Con una severa dieta bajó de 92 a 63 kilos. La prensa sensacionalista se hizo eco de su rivalidad con Renata Tebaldi, con quien Callas se negaba a ser comparada: "Es como si se comparara champaña con coñac, no; con coca-cola".

Callas no soportaba una segunda reina. "Padecía un inhumano complejo de inferioridad. Pero ésa era la fuerza que la impulsaba", aseguraba Legge.

Los medios también siguieron su relación con el multimillonario griego Aristoteles Onassis. Callas dejó a Meneghini, pero Onassis perdió pronto el interés en ella. En 1968 se casó con la viuda del presidente Kennedy. La suerte en la vida privada se desvaneció y su voz también comenzó a flaquear.

Se retiró de la canción, estuvo impartiendo clases y actuaba esporádicamente. El 16 de septiembre murió en París. Oficialmente sufrió un ataque al corazón, pero rápidamente circularon rumores sobre una intoxicación con medicamentos y suicidio. Su cadáver fue incinerado y enterrado en el cementerio Pre-Lachaise. Cuatro años más tarde sus cenizas fueron esparcidas en el Egeo.

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