Los Huasos de Algarrobal nacieron en el balneario de Algarrobo en 1966, sobre el inicio de la declinación del movimiento del Neofolklore. Son, de una u otra forma, herederos en una línea que instauraron esos jóvenes nuevos folcloristas, maestros de la precisión vocal y el arreglo barroco. Si lo que hicieron desde entonces fue estilizar la canción folclórica, lo que han hecho a exactas cuatro décadas del triunfo festivalero de playas es reestilizarlo todo otra vez. Algarrobal es igual a pulcritud, y sobre ese modo de hacer las cosas, para estos experimentados huasos de la ciudad que a veces también visten de traje y corbata, el repertorio no resiste exclusiones.
Cualquier canción de la raíz puede ser incorporada en este experimento que ha unido aquí a un grupo vocal de música popular con un ensamble de cuerdas sinfónicas, ese recurso que ha llamado poderosamente la atención del público desde siempre: de los Beatles a Los Huasos de Algarrobal. No sorprende entonces que si durante un largo período ellos hubieran abordado piezas de autores de un frente más tradicional como Jaime Atria, Sergio Sauvalle o Willy Bascuñán, en 40 años de canto los de Algarrobal ahora escogieran canciones de Violeta Parra, Víctor Jara o Patricio Manns: los que estaban en el otro lado. Pero éste es un trabajo de justeza musical que pone en un primer plano las canciones, las melodías y las letras para aplicar sobre ellas ese tratamiento dual de voces y cuerdas.
El "estilo Algarrobal" se reconoce aquí con sistemática presencia. Los contracantos prevalecen, los arreglos vocales también empujan, los timbres se diferencian unos de otros porque todo el tiempo hay juegos de ida y venida. Desde el fondo aparece Enrique Barros como si fuera una tuba en el quinteto de bronces hasta llegar al frente, al ligero desplazamiento de Rafael Rodríguez como una primera trompeta. Aquí, en rigor, es un primer tenor el solista, el que "canta" las canciones. Los Huasos de Algarrobal han marcado su propio hito de cuarenta años seguidos, ahora junto al Ensamble Prometeus, un elegante coprotagonista. El grupo que colorea y comenta el repertorio con arreglos sobrios que jamás sobrepasan al cuarteto. Y no sólo eso: también lo hace con una dedicatoria, escrita por el violista, director y compositor Luis José Recart. La "Suite Algarrobal". El folclor llegó a la cámara otra vez.
