El director rumano Cristian Mungiu cosechó la Palma de Oro en Cannes este año.
EFE
SAN SEBASTIÁN.- Cristian Mungiu, que el pasado mayo pasó del anonimato a la celebridad instantánea tras ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes, cree inevitable que siempre haya quien interprete las películas de modo distinto a como las pensó su autor, como ha ocurrido en su caso con el Vaticano.
"La película es interpretada en cada sitio de manera distinta. Es una película, no un instrumento de propaganda a favor ni en contra de nada. Y siempre que haces una película hay gente que no la va a entender como tú tenías pensado. Es el caso del Vaticano", declaró a EFE el cineasta rumano.
"4 luni, 3 saptamani si 2 zile", película de Mungiu que se alzó con la Palma de Oro hace cuatro meses, recibió duras críticas este agosto por parte del periódico vaticano L'Osservatore Romano, que la calificó de "escuálida" y "nueva barbaridad personal y colectiva".
El filme, que narra cómo afrontan dos amigas un aborto clandestino en la Rumanía comunista de la década de 1980, recibirá hoy durante la apertura del Festival Internacional de Cine de San Sebastián el Gran Premio de la Federación Internacional de Críticos Cinematográficos (FIPRESCI) a la mejor película del año.
Pese a las críticas del Vaticano, "si soy un buen cineasta, la gente va a entender la película", considera Mungiu (Lasi, 1968). "Yo no la veo como una película sobre el aborto. Entiendo que trata sobre ello, pero también tiene que ver con el periodo histórico, y con la solidaridad, con la libertad, la amistad, el tener que tomar decisiones y crecer", recalcó.
Por ello, "es un trozo de vida llevado a la pantalla de la forma más realista posible, sabiendo que así va a tener todas las capas de la realidad, y cada uno va a poder ver la película de una manera distinta, según sus expectativas".
Mungiu, ex periodista que debutó en el largometraje con "Occident" en 2002, recalcó que "nunca" arranca un filme "pensando en un tema o un mensaje".
"Lo que intento es transmitir una historia que conozco bien, basada en hechos reales, pero no quiero llegar a conclusiones, no quiero transmitir lo que yo sé. Lo que espero es que el público saque por sí mismo una conclusión de lo que ve en la pantalla, y eso tiene que ver con las referencias de cada uno", agregó.
Sobre cómo ha cambiado su vida tras triunfar en Cannes, comentó con humor que desde mayo ha recibido desde propuestas para optar a ser miembro del Parlamento Europeo hasta ofertas de Porsche para conducir sus automóviles.
"La fama del premio afecta con las cosas buenas y las malas. Lo bueno es que la película va a estrenarse en sesenta países y mucha gente de culturas distintas va a verla. Lo menos bueno quizás es que hay una presión sobre mi siguiente proyecto" y que "paso un montón de tiempo en aviones y haciendo entrevistas. Pero no me quejo".
Ese nuevo proyecto también ha variado tras la victoria en Cannes, pues lo que en principio se planteaba como una trilogía sobre el periodo final del gobierno comunista rumano de Nicolae Ceausescu en la década de 1980 ahora ha ampliado sus perspectivas.
"Va a ser un proyecto episódico abierto a jóvenes directores rumanos. Ahora estamos trabajando sobre tres entregas más y vamos a tener otras tres luego. Son cortometrajes de unos treinta minutos, no sé si será una trilogía o serán seis películas", explicó.
La intención es recordar “"os infortunios de vivir en esa época. Quiero contarla desde dentro, desde la perspectiva de quienes la vivieron", pero "el tono va a ser más ligero, más gracioso" que en "4 luni, 3 saptamani si 2 zile". "En conjunto con esta película, va a ser una vista general de la época", especificó.
En cuanto al auge que vive el cine de Rumanía gracias a obras como la suya o "Moartea domnului Lazarescu", de Cristi Puiu, el cineasta cree que "hay una especie de 'nueva ola' rumana, no una escuela nueva".
"Cada uno somos muy diferentes al otro, no vemos el cine de la misma manera. Me gusta esa diversidad y probablemente la única cosa que tenemos común es una especie de honestidad y ser muy directos con las películas que hacemos", opinó.
Los nuevos cineastas rumanos "entendemos que la historia es lo importante, que el público quiere seguir una historia. En los '90 eran películas muy metafóricas y nosotros, de alguna manera, somos una reacción a eso", concluyó.