RÍO DE JANEIRO.- El polémico filme de ficción “Bope Tropa de Elite", que trata sobre la corrupción policial en Río de Janeiro y ha desatado pasiones incluso antes de su estreno, se perfila como el gran triunfador en las pantallas de cine de Brasil este año.
La película, que hoy se presenta al público en el Festival de Cine de Río de Janeiro, ya se convirtió en un éxito gracias a una versión pirateada que se puede comprar por 10 reales (unos cinco dólares) en el mercado negro de las principales ciudades brasileñas.
La cinta, presentada anoche a la prensa, también ha recibido críticas positivas de la prensa especializada, que no ha dudado en bautizarla como “el mejor filme brasileño del año y uno de los mejores de los últimos años".
Así la define André Miranda, crítico del diario O Globo, quien destacó la “brillante” actuación de su protagonista, Wagner Moura, y se cuestiona si el personaje al que interpreta, el capitán Nascimento, “es un héroe, como ha sido llamado en la calle, o una triste víctima más de la situación carioca".
El primer largometraje de José Padilha, cuyo estreno oficial en la gran pantalla está previsto para el próximo 12 de octubre, se basa en las memorias de un ex policía que cuenta verdades incómodas del “Bope,” el cuerpo de policías de elite que se ocupa de la lucha contra el narcotráfico en las favelas de Río y cuyos métodos están en la delgada línea entre lo legal y la ilegalidad.
El protagonista del largometraje, el capitán Nascimento, busca un sucesor para dejar el batallón que lucha contra el crimen en Río de Janeiro para cambiar de vida junto a su mujer embarazada.
Nascimento se encuentra con dos jóvenes aspirantes a oficial de la Policía Militar, que representan los diferentes extractos sociales de la sociedad brasileña.
"Tropa de Elite muestra una realidad que la gente supone, una realidad que la gente casi sabe, pero que es muy difícil de entrever,” afirma en un comunicado de prensa el protagonista, quien asegura que “nunca nadie mostró los bastidores de una institución tan importante y abandonada".
Inspirado en el libro “Elite de la Tropa” escrito por el antropólogo Luis Eduardo Soares junto con dos ex-capitanes de la Bope, contó con un presupuesto de 10,5 millones de reales (unos cuatro millones de euros), lo que le convirtió en la producción más cara en Brasil en 2006.
Padilha trabajó además con un equipo de profesionales norteamericanos especialistas en escenas de acción que rodaron en cuatro localizaciones diferentes.
El largometraje ocupó las páginas de los periódicos nacionales desde los primeros meses de rodaje, cuando un grupo de asaltantes robó una furgoneta con armas que formaban parte de la escenografía y secuestró algunos miembros del equipo mientras grababan en una favela de la zona sur de Río de Janeiro.
El equipo tuvo que trabajar durante la mayor parte del rodaje con chalecos a prueba de balas y tenía la “amenaza de censura por parte de la Policía Militar,” que veía con recelo un filme que retrata la realidad cotidiana de los habitantes de las favelas de Río de Janeiro, confiesa su director José Padilha.
Además, algunos ex policías intentaron sin éxito que la cinta fuera prohibida en el país, por lo que el estreno el pasado viernes en un céntrico cine de Río de Janeiro estuvo rodeado de gran expectativa.
Una juez prohibió a algunos policías integrantes del Batallón de Operaciones Policiales (Bope) que asistieran a su preestreno, en una sesión exclusiva para invitados.
El dictamen judicial a favor del filme señala que éste no atenta contra “la honra” del Bope, como argumentaban los policías que querían prohibirlo, sino que en realidad encierra una crítica a todo "el sistema” brasileño.
El tema de la seguridad pública en Brasil ya fue abordado por Padilha en el documental "Omnibus 174", que consiguió un premio Emmy en la categoría de logro artístico y cultural, en 2005.
"Omnibus 174", es el crudo relato fílmico del secuestro en junio de 2000 de un autobús repleto de pasajeros en pleno Río de Janeiro y cuyo fatal desenlace fue transmitido en vivo y directo por la televisión brasileña.