Ya saben lo que es tocar sobre un escenario del porte de una cancha de básquetbol en el multitudinario festival colombiano Rock al Parque, o visitar países como Argentina, Uruguay y Brasil a lomo de furgones y buses para actuar en teatros o clubes. Toda experiencia suma en los siete años de historia de este grupo rockero chileno, formado por Alejandro Gómez (voz y guitarra, conocido como Perrosky), Álvaro Guerra (voz y guitarra), Bernardita Martínez (voz y bajo) y Álvaro Gómez (batería). Y gracias a la misma experiencia también saben dónde Guiso se siente más a sus anchas.
-Yo creo que somos una banda de bar -concluye Perrosky, con el aval histórico de tres discos en cinco años, entre Sintonizar el ruido (2002), El sonido (2004) y el muy flamante Es difícil hacer cosas fáciles (2007), y con el aval reciente de una gira de tres fechas por bares y cervecerías de Chillán, Temuco y Concepción-. Nuestra música se presta para saltar, para bailar. Para tocar así con la gente al frente. Es ahí donde más podemos transmitir. No digo que no lo podamos hacer en otro lado, pero creo que nos defendemos más o nos sentimos mucho más cómodos en un escenario… en que no haya escenario.
Los hechos los respaldan. Ya va más de una temporada en la que Guiso viene destruyendo la frontera entre público y escenario, cada vez que Guerra termina una actuación megáfono en mano y llamando a la gente a irrumpir al son de una canción llamada "Olé olé". Así la audiencia ha invadido y desordenado escenarios como los de la radio de la Universidad de Chile, el Galpón Víctor Jara, el Cine Arte Alameda o un bar recién inaugurado en la comuna de Providencia, en un subterráneo entre cuatro paredes que Guiso puso a arder el 23 de agosto último. El bar se llama Conejo y quedó rostizado.
-Tiene que haber un ida y vuelta con la gente, mas brígido. Ahí se arma esa amalgama que es recital del Guiso. Ésas son las tocatas donde, claro, al final la tía te pone una estrellita. Donde finalmente lo que importa es el suceso, al margen de que haya sonado bien, de que hayas tocado bien, de cualquier cosa. Es el todo -determina el propio Guerra-. Guiso se identifica con el desorden.
De a dos es más llamativo
Si hay clichés entre los grupos de rock, uno de ellos es el de definir el disco nuevo como "el mejor disco de nuestra carrera". Pero con Es difícil hacer cosas fáciles no hay nada de eso.
-Es como todo disco: al final llegas y piensas "Pucha, acá faltó más guitarra" -dice en cambio Perrosky, sin poses. "Claro, a todas las bandas les pasa eso, pero a nosotros nos pasa a la inversa: éste es el peor disco que hemos hecho", se ríe Guerra. "Pero siempre conformes. Uno se queda con la sensación de que podría haber sido mejor, pero finalmente igual la música tiene llegada, y siempre considero que el error es más característica que defecto".
Guiso pertenece a una generación de grupos que a comienzos de la década sacudió el rock local con una necesaria descarga de música hecha de los últimos resabios grunge pero sobre todo de punk y rock de garaje agitado y eléctrico. Ahora, su tercer disco tiene rumbos nuevos: junto a las guitarras y baterías habituales, es Bernardita Martínez quien ha multiplicado los sonidos del grupo con contrabajo y trompeta, la voz se reparte entre tres cantantes y hay desde una canción casi punk pop como "Siempre", que canta la propia bajsta, hasta la tranquila "Violeta", con guitarras acústicas y mandolinas a dúo entre ella y Guerra, que ya ha sonado en radios como Zero y Duna.
-Smashing Pumpkins se hicieron conocidos con una balada muy poco representativa –saca a colación Guerra, a propósito de "Disarm", el éxito del álbum Siamese dream (1993) de esa banda rockera estadounidense–. Y el resto del disco es un puro tarro. Qué bueno es. A lo mejor aquí también es así. Los temas del disco (de Guiso) son tan distintos unos de otros que aparecen esos extremos. Esa canción ("Violeta"), la grabamos así, peluseando, y después se fue sumando gente. La Bernardita invitaba a tomar un café a alguien y terminaba grabando una mandolina.
-En este disco hay tres cantantes, Perrosky, Guerra y Berni. ¿Cada uno escribió lo que canta?
-No siempre. "Siempre" es de Álvaro Guerra -dice la bajista.
-Las que canto yo las escribí todas yo -agrega Perrosky-. Casi siempre hacemos eso. Es más fácil interpretar lo que uno escribe.
-¿Es nuevo para el grupo cantar a dúos?
-Es para hacer cosas nuevas, para que haya más voces, es llamativo, más dinámico -dice Guerra, que canta con Berni en tres canciones-. En efecto ahora hay una canción acústica, pero en todos los discos siempre hay una canción lenta, una brutal, una punk, una rockera, una rocanrolera. No nos hemos quedado quietos en un estilo. Guiso siempre ha tenido la balada, el tema romántico (risas)...
-Cantar a dúo era algo que hacíamos con Guerra mucho antes de que fuéramos cuatro -precisa Perrosky, y entonces el grupo entra en la máquina del tiempo y empiezan a salir nombres de canciones previas a la llegada de Bernardita, cuando Guiso era un trío, entre 2000 y 2001: "Quédate", "Carretera infierno", "Cabeza". "Uno se encierra en una forma de trabajo, no vislumbra cómo eran las cosas al principio, y mirar para atrás de repente no es malo", considera el cantante. "Puedes jugar mucho más. Tienes otras energías. Este disco fue mezclar varias energías. Es un disco bien collage".
Brasil y Argentina: los grandes éxitos
También tiene historia una de las canciones más populares de Guiso, "El sonido", con la que en sus inicios Perrosky saludaba uno a uno a grupos de su generación, como Griz, Día Catorce, Familia Miranda o The Pendex, varios de los cuales ya no existen.
-Mi mundo en esa época era el que se gestaba aquí, en esa movida que quedó en el disco. Ahora ya no voy a ver tantas bandas, y las de ese tiempo zarparon, tomaron su propio bote y partieron. Todos seguimos al tanto de cada uno, pero ya buscando horizontes diferentes.
-¿Te parece bien eso?
-Súper bien. Obvio que me da nostalgia, siempre tengo eso de pensar que antes, con menos pistas, o con guitarra de palo, era mejor. Pero la vida va tomando su curso.
-¿Guiso era parte de un movimiento y ahora todo es más individual?
-Yo creo que estás yendo muy lejos, porque esa canción se circunscribe a la época -interviene Guerra-. Perrosky quiso decir eso en ese momento, la canción está grabada y es un registro espontáneo. Es como si yo hubiese hecho un punteo de guitarra con el delay y el wahwah y tú me preguntaras "¿Y por qué ya no haces el punteo de guitarra con el delay y el wah wah?"
-Porque el punteo de guitarra significa algo menos explícito que una lista de nombres de grupos.
-Entiendo que hay contenido en eso, pero sigue siendo personal, porque Perrosky ya dijo que no sale a ver tantas bandas. Siempre la letra va a ser personal, aunque estés hablando de un todo –define Guerra. "Igual la canción me provoca ese conflicto", zanja Perrosky. "Nunca para dejar de tocarla, pero siempre pienso en qué voy a decir".
La próxima actuación del grupo será este viernes en el Club Mist (Suecia 0152), junto a The Ganjas y al cuarteto post-punk platense normA, cuya visita es otro eslabón del intercambio con rockeros argentinos, uruguayos o brasileños como Los Álamos, Amoeba, Billordo, Hablan por la Espalda o Autoramas. En junio Guiso tocó por tercera vez en Buenos Aires y los hermanos Gómez volvieron este mes a la Bafim (Buenos Aires Feria Internacional de la Música), encuentro de disqueras independientes donde presentaron su propio sello, Algo Records, iniciado en 2001.
-Una de las cosas que sacamos con el sello allá es el lanzamiento de un grandes éxitos de Guiso editado en Argentina y distribuido en Brasil también –concluye Álvaro Gómez, acerca de un trato entre Algo Records y el sello argentino de rockabilly, surf y rock de garaje Scatter Records. "La idea es que ellos eligen las canciones y arman un compilado de acuerdo al estilo que crean que sea bueno", agrega el baterista, con una edición de ese disco prevista para 2008. Una marca más para el historial de Guiso: el primer disco de grandes éxitos del grupo será antes rock de exportación.