Es pasada la medianoche del 18 de septiembre último en la Quinta Normal de Santiago y una larga hilera de gente se agolpa frente a la carpa de la Yein Fonda, habitual cita dieciochera dedicada este año por Álvaro Henríquez y Los Tres a Violeta Parra. La fila ni siquiera avanza, porque es tal la cantidad de público adentro que hace falta que salga gente antes de seguir vendiendo entradas. Y no es para pasar el 18 con reggaetón ni cumbia: lo que está sonando a esta hora en la fonda son las voces de Isabel y Ángel Parra, en vivo, cantando y tocando canciones de su madre, Violeta Parra.
Este 4 de octubre se cumple su nonagésimo natalicio, pero la homenajeada está más joven que nunca. No son sólo diplomas ni reconocimientos oficiales, sino algo mucho mejor. A noventa años de su nacimiento y a cuarenta de su muerte, la folclorista chilena es una presencia que crece entre músicos y públicos de distintas generaciones, desde la más profunda aproximación folclórica hasta sus obras disponibles en internet para la nueva generación pop.
En la Yein Fonda, Isabel Parra arenga al público a entonar a Violeta. Y a veces la gente entona más fuerte que los propios artistas, los versos de "La jardinera" y "Volver a los diecisiete", parte del repertorio que Ángel e Isabel presentan esta noche. "La Violeta es muy querida y tengo la impresión de que ahora estas velitas cumpleañeras empiezan a iluminarnos a todos", dice la propia Isabel Parra días más tarde. Porque no deja de ser un misterio que la gente cante estos versos de memoria. Después de todo rara vez Violeta Parra ha sonado en la radio en Chile, buena parte de sus discos originales no se puede comprar en las tiendas, porque sólo han sido reeditados en compilaciones.
Violeta volvió del cielo
Violeta Parra hizo su primer disco en 1956 en Francia, Chants et rhythmes du Chili, para el sello Le Chant du Monde. De vuelta, empezó a grabar en Chile.
Entre 1956 y 1966 hizo doce discos: siete en Chile, tres en Francia, uno en Alemania y uno en Argentina. Además hay veinte ediciones póstumas que completan un catálogo de cerca de ciento cincuenta canciones grabadas.
En todas ellas se destaca por el rescate del folclor, sus notables composiciones propias y lo poderoso de sus letras. Cosas que hacia su disco final, Las últimas composiciones de Violeta Parra (1966), se hacen más patentes. Baste decir que ahí puso de un viaje cuatro creaciones universales como "Rin del angelito", "Run Run se fue pa'l norte", "Volver a los diecisiete" y "Gracias a la vida".
Es justo esta etapa final la que su nieta, Javiera Parra, abordará en el disco de canciones de Violeta Parra que lanzará en abril de 2008.
"La última etapa es la más fructífera en términos musicales, ella se estaba sofisticando, son más interesantes, tienen más hueso que roer. Hay mucha personalidad", dice Javiera.
La nieta también es un link con otras iniciativas. Junto a su padre, Ángel Parra, va a participar tanto en la música de una obra de teatro callejero dirigida por Rodrigo Pérez, como en la de una cinta de Raúl Ruiz basada en "Violeta se fue a los cielos" (2006), libro de Ángel Parra.
También se avecinan nuevas ediciones musicales de la artista. Para octubre está previsto el lanzamiento de su primer box set, publicado por el sello Warner, que incluirá Las últimas composiciones (1966) y el fugaz disco grabado por la cantante en 1961 en Argentina, donde el LP fue censurado debido a la letra de protesta de la canción "Por qué los pobres no tienen", según relata el escritor Fernando Sáez en su biografía de Violeta Parra "La vida intranquila" (1999), recién relanzada. Y un adelanto ya disponible es la reedición que el sello EMI hizo de Carpa de La Reina (1965) que la muestra en su faceta de anfitriona en la carpa que tenía en esa comuna.
Cueca, rock e internet
El actor y cuequero Daniel Muñoz también tiene a su Violeta Parra favorita: es la recopiladora, la que recogió las cuecas campesinas que Muñoz acaba de grabar en el segundo disco de su grupo de cueca urbana, La otra patita (2007).
"Nuestra línea se aleja un poco de las cuecas campesinas, pero dimos con éstas y nos gustaron mucho las melodías", explica.
El desenfado del rock siempre ha combinado con la rebeldía de la artista, y el próximo ejemplo es el del trío Matorral, uno de los grupos locales más sensibles a la historia musical chilena. "Puedes ser un buen músico, pero es más difícil hacerte de un lenguaje y tener las cosas claras", distingue Felipe Cadenasso, cantante y guitarrista, que grabó una adaptación de la épica "Cantores que reflexionan" para el disco que el grupo lanzará el 14 de noviembre. "No me siento un continuador de ella, pero me imagino que es grande por este tipo de cosas. Aunque hubiera hecho sólo esa canción ya es mucho".
Más nuevos aún son cantantes pop de última generación como Javiera Mena y Gepe, que bajaron a Violeta Parra de internet para incorporarla entre sus diversas influencias, como cuando Gepe ha cantado en vivo "El palomo" y "Santiago penando estás". Y desde antes se destacan con nitidez Los Bunkers, quienes no descartan editar en un disco el repertorio de Violeta Parra que grabaron en vivo hace dos años.
"Siempre es interesante ver las lecturas de las otras personas", redondea la propia Javiera Parra. "Mientras más gente se atreva a desempolvar a Violeta de esa categoría de gigante es mejor".