BERLÍN.- La empresa de transportes públicos berlinesa BVG ha decidido combatir la presencia de traficantes y consumidores de drogas, así como de vagabundos y otras personas marginales, en sus estaciones de metro y tren de cercanías con música de Mozart o Beethoven.
La difusión por los altavoces de las estaciones de música clásica satisface a la gran mayoría de los usuarios y curiosamente “espanta a los traficantes de drogas y sus clientes que merodean en algunos andenes", explicó a Efe Petra Reetz, portavoz de prensa del BVG.
Añadió que Berlín no hace sino asumir una iniciativa que ya funciona con éxito en ciudades como Hamburgo y Munich, donde las encuestas realizadas entre los clientes de los transportes públicos locales han revelado que la emisión de música clásica en las estaciones eleva además su sentimiento subjetivo de seguridad.
"Es muy poca la gente que se siente molesta por tener que escuchar una música que para muchos es incluso relajante", dijo la portavoz, quien comentó que la mayoría de los usuarios del metro o el tren de cercanías no pasa más allá de diez o quince minutos en una estación.
Petra Reetz agregó que “quienes se ha comprobado que no la soportan son los traficantes y consumidores de drogas, los vagabundos y otras personas de comportamiento marginal, que pasan mucho mas tiempo en las estaciones y a las que acaba poniendo nerviosos ese tipo de música".
Asimismo comentó que tanto en Hamburgo como en Munich se ha comprobado que los clientes de los transportes públicos locales se sienten personalmente mejor atendidos cuando suena música en las estaciones y que incluso se reduce su nivel de suciedad.
"Se sienten simplemente más a gusto y eso influye positivamente en su comportamiento, hasta el punto de que disminuye apreciablemente el volumen de basura y suciedad en el suelo a la vez que aumenta el uso de las papeleras", señaló la representante del BVG.
Como en el viejo dicho de que “la música amansa las fieras", Reetz destacó que se espera de esta iniciativa que se reduzcan también apreciablemente los daños por vandalismo y que en los transportes públicos berlineses alcanzan un volumen de ocho millones de euros al año.
El proyecto comenzará a funcionar en Berlín antes de acabar el año en las estaciones de metro de la Voltastrasse y Rosenthalerstrasse, dos puntos negros de la red de metro berlinesa en los que se concentra gran parte del menudeo de drogas de todo tipo en la capital alemana y donde los clientes normales se ven con frecuencia rodeados de gente sospechosa.
Petra Reetz explicó que a la hora de emitir música se buscará intencionadamente un volumen de sonido no muy elevado “pensando sobre todo en nuestros clientes ciegos, con un oído muy fino que les permite registrar con antelación cuándo llegará el próximo convoy e incluso a qué altura se abrirán sus puertas".
Los transportes públicos berlineses, que el año pasado registraron en sus estaciones y vehículos la comisión de unos 22.400 delitos, esperan que la música clásica, en combinación con un incremento de la vídeo-vigilancia, contribuya a elevar la seguridad de los usuarios.
Para el año 2008 se espera que las 170 estaciones de metro y tren de cercanías de Berlín estén dotadas de nuevos sistemas de vídeo-vigilancia y megafonía y que la música clásica suene permanentemente en la mayoría de ellas.
La portavoz de prensa de BVG subrayó que, pese a todo, su empresa continuará pensando en invierno en los vagabundos y las gentes sin techo y mantendrá abiertas toda la noche tres de sus estaciones para que puedan refugiarse del frío.